El lujo es un estilo de vida lleno de buen gusto, sofisticación, tradición y herencia que exalta las bases sostenibles del savoir faire, los materiales de buena calidad y la longevidad de los objetos.
Partiendo de la connotación que le dio Mademoiselle Chanel mientras construía su legado en el siglo pasado, coincido con que el lujo se contrapone a lo ordinario. De igual manera, existe una serie de términos que parten de la suntuosidad, los excesos, el libertinaje y la diferenciación social, pero sobre todo de un estilo de vida lleno de buen gusto, sofisticación, tradición y herencia. Estudiosos de las sociedades como el reconocido filósofo francés Gilles Lipovetsky, aseguraba que el lujo era eterno y no existía un progreso en la civilización sin la presencia del mismo, pues este término, además, hace parte de corrientes artísticas.
Muy probablemente te debes estar preguntando ¿cómo el lujo puede llegar a ser arte?, pues basta con observar la maestría artesanal de detalle y pulcritud resaltada en el haute couture (o la alta costura) de marcas como Schiaparelli, Christian Dior, Valentino, Viktor & Rolf o Elie Saab. Para estas piezas artísticas ‘’ponibles’' se emplean más de 200 horas de trabajo por prenda y se utilizan materiales como plisados, bordados, plumas y pedrería que dan como resultado una obra atemporal exquisita para el ojo.
Sin embargo, el lujo no solo está presente en la industria de la moda, es palpable en otras estrechamente relacionadas como la de joyería, belleza, perfumería, decoración y arte utilitario, al igual que en sectores que brindan experiencias como el de la gastronomía, la hotelería y los licores de alto nivel y longevidad. Igualmente, los libros de colección de tópicos de diseño, arquitectura, arte y fotografía hacen parte de este grupo selecto.
¿Pero quiénes se encargan de catalogar ciertas marcas dentro de este nicho de mercado? Existen organizaciones como el Comité Colbert que promueve el lujo internacional bajo estándares elevados desde 1954 o la Fédération de la Haute Couture et de la Mode, quien determina qué diseñadores hacen parte de la alta costura francesa y mundial desde 1973.
Volviendo a la incógnita principal, la relación que tiene el lujo y la sostenibilidad parte básicamente de la buena escogencia y uso de los materiales, del trabajo manual en la fabricación y acabados, así mismo, de la elaboración limitada que pauta la exclusividad de los productos de esta gama, dando como resultado un artículo de altísima calidad que tendrá una vida útil mucho más larga que la de objetos que derivan de una producción masiva en la que se sacrifica la factura por bajos costos y se hacen de forma industrializada.
Igualmente, según las nuevas corrientes del mercado que determinamos los mismos consumidores, el comprador de lujo se ha definido en la actualidad por ser hedonista y moverse por las experiencias, narrativas, el deseo y el placer. De hecho, hoy en día las personas buscan comprar universos de marca con los que sientan afinidad en cuanto a sus valores, maneras de vivir y principios, incluyendo la sostenibilidad como factor primordial en generaciones más jóvenes. De esta manera, hospedajes tipo glampings también hacen parte de un nuevo servicio que brinda una experiencia de alto nivel, conectando emocionalmente a su huésped con la naturaleza mediante actividades al aire libre, pero sin dejar a un lado la buena atención, la sofisticación y los estándares superiores.
A mi criterio, el lujo en el presente es totalmente subjetivo, pues lo que para mí esto puede ser viajar a un lugar paradisiaco, estar todo un día en la playa tomando agua de coco, nadando en el mar y bronceándome, o incluso tener la cartera de ensueño de mi marca favorita, para ti puede ser comprar un reloj Cartier, unas joyas de edición limitada de Van Cleff & Arpels o tomarte un Cognac Cohiba de la Maison Martell.
No obstante, en el mercado latinoamericano y en especial en el colombiano, existe una gran oportunidad de perfilar sus productos de origen y los servicios de lujo partiendo desde nuestras raíces ancestrales y recursos locales que cuenten una narrativa a través de las manos y la calidez de las personas. Asimismo, fusionar la implementación de insumos duraderos, una factura impecable de producción consciente, de estética sofisticada y la creación de una identidad de marca con propósito claro, pueden lograr crear una experiencia inolvidable que sea competitiva en el mercado internacional.
Mercadóloga y Comunicadora de Moda, fundadora de una firma de athleisure consciente, encargándose en la actualidad de la coordinación de marketing para marcas de moda de lujo. Cuento con experiencia en medios de comunicación digital, marketing de marcas de belleza y ha sido docente. Ha realizado consultoría para marcas de diseño independiente local, le apasiona el periodismo, la sostenibilidad, los proyectos con propósito y el mundo del arte.
* Las opiniones dadas por Verona Ramírez no representan la opinión de la revista Fucsia.