Opinión

El estilo limitante: porque en cuestiones de estilo no todo es color de rosa

Tatiana Moreno Penagos, 6/4/2023

Empecemos con una pregunta: ¿Realmente te sientes conectada con tu imagen y tu estilo personal, y estás usándolos como herramienta para sentirte más segura de ti misma y alcanzar tus objetivos?

Tatiana Moreno Penagos, columnista invitada Fucsia | Foto: Fucsia

A través de la historia y el tiempo, la imagen personal ha sido fundamental para que las personas se sientan identificadas con la cultura, con sus entornos y con quienes son. Esto último, es aún más fuerte hoy en día, pues vivimos en un mundo bombardeado constantemente por imágenes que llegan de todas partes gracias la tecnología y la instantaneidad de los dispositivos electrónicos, que no solo nos han cambiado la manera de relacionarnos con el mundo, sino la forma en que lo vemos y nos vemos a nosotros mismos.

Cuando el estilo y la imagen personal se abordan desde una visión más profunda y holística, más allá de la ropa y la estética de una persona, comunican la esencia, pero sobre todo la idea que esa persona tiene de sí misma, y esta idea puede ser acertada o no, dependiendo qué tanto se haya tomado el trabajo de conocerse y saber quién es realmente; pues cuando hay un gran desconocimiento de quién se es, la imagen externa de una persona puede:

  • Verse como un disfraz (por ejemplo, cuando ves a alguien que se ve como con ropa ‘prestada’ o que no le ‘cuadra’ lo que usa).
  • Ser una ‘cárcel’ rígida que cansa y solo genera frustración, así ‘te veas bien’ o ‘luzcas como deberías según todo el mundo’, pues al mirarte al espejo sabes que ahí falta o sobra algo.
  • Convertirse en una carga tan pesada de llevar que te limita y te bloquea, impidiéndote avanzar y ver otras opciones y posibilidades en tu vida. Esto es lo que yo llamo un estilo limitante.

Pero entonces, ¿cómo identificar o saber si en este momento estás anclada en tu estilo limitante?

Así como lo he dicho en columnas anteriores o en mis redes sociales, el estilo personal es único y diferente para cada persona y lo mismo sucede con el estilo limitante, pues este está construido sobre tu crítico interno, lo que hace que te relaciones y te proyectes al mundo desde esos aspectos negativos que bloquean tu desarrollo personal, que impiden que te relaciones de una forma armónica y sana con tu cuerpo y hacen que tu forma de vestir y tu imagen externa sean incoherentes o solo estén mostrando una parte de ti desde una perspectiva tóxica, que en vez de llevarte a suplir de manera consciente y sana tus necesidades de amor, pertenencia, seguridad y reconocimiento, solo profundiza tu sensación de vulnerabilidad e inseguridad con más y más creencias o ‘herramientas’ externas sin sentido; las cuales terminan siendo solo ‘latonería y pintura’, y con el tiempo se van haciendo aún más pesadas, al punto de drenar tu energía y desmotivarte, haciéndote creer que no mereces más o no vales simplemente por ser quién eres.

Psicológicamente se sabe que el crítico interno es esa vocecita en tu cabeza que todo el tiempo te ‘guía’ y te dice cómo deberías hacer las cosas ‘bien’. Es el custodio de tu guion de vida, ese guion que los demás te dieron siendo apenas un niño para ‘educarte’ según lo que ellos pensaban que era lo mejor para ti; es por esto por lo que te la pasas buscando aprobación afuera, aceptando o rechazando cosas porque según tu ‘voz interna’ es lo que se ‘debe’, y además comparándote con otros como referentes a seguir. El problema acá es que esto te mantiene todo el tiempo en el afuera, impidiéndote ver realmente quién eres para reconocer aquello que en realidad necesitas.

Llevándolo solo al campo del vestuario o la imagen personal, el estilo limitante es ese que te desconecta de ti y que hace que te relaciones con los demás de una forma equivocada o desde una posición que no es tu mejor versión. Piensa, por ejemplo, cuántas veces has dicho o te han dicho, “es que vos sos superquerida, yo siempre pensé que eras superbrava y mala clase”, o “no entiendo por qué nadie me toma en serio, si yo soy súper comprometida con mis cosas”. Dice el dicho que la esposa del César, no solo tiene que ser, sino parecer, y con esto no estoy juzgando una imagen o un estilo como mejor o peor que otro, ni queriendo meter a nadie dentro de un estereotipo; sin embargo, lo que sí es cierto, es que estar proyectándote al mundo desde tu estilo limitante es meterte tu misma en esos estereotipos que tanto te pesan y te molestan, pues es como pedirle a tu niña interior herida que se vista para que la quieran y para llamar la atención; donde lo más probable es que ella lo haga no solo desde la necesidad de amor y el instinto de supervivencia, sino desde la emocionalidad inmadura y la ignorancia natural de una niña, por lo cual, seguramente, el resultado final, en el mejor de los casos, será deficiente; cuando no sea fatal, ridículo o termine haciendo el efecto contrario, que podría ser volverte invisible o que el impacto sea tan agresivo que contrario a lo esperado genere el rechazo de los demás.

Si leyendo estas líneas sentiste que estás viviendo en tu estilo limitante, empieza poco a poco a ponerlo a tu favor

Es tanto el impacto que genera sobre ti tu estilo y el estilo de los demás, que puedes usarlo para entender un poco más de ti, por eso siempre digo que aprender a usar nuestra imagen como herramienta de autoconocimiento es abrir el oráculo de forma fácil y tangible; y en este caso específico donde el tema es el estilo limitante, puedes empezar por cuestionarte más allá de lo evidente, acerca de qué es eso que realmente te molesta de tu imagen o del estilo de alguien más, te pongo un ejemplo:

“Me molesta esa gente que sale súper vulgar y mostrando todo a la calle…”

¿Qué es lo que realmente te molesta? ¿Será que se roban la atención que tú quisieras para ti o que quisieras esa seguridad para mostrarte, pues te sientes totalmente insegura de ti o de tu cuerpo? O quizá te molesta porque siempre te dijeron que así nadie te tomaría en serio y tú sueñas con que te amen genuinamente por quién eres y no por cómo te ves… solo piénsalo, es una pregunta con muchas posibilidades de respuesta..

Aprovecha esas punzadas emocionales de rechazo, disgusto, aburrición o fastidio que llegan a ti al ver tu imagen al espejo o al ver a alguien más, y luego de escuchar esa voz crítica de desaprobación en tu cabeza, para por un instante para preguntarte: ¿Qué es realmente lo que me molesta? Quizá luego de respirar cuando dejes que llegue a ti la respuesta y no intentes justificarla, estarás encontrando ahí una necesidad en ti que no estabas queriendo reconocer y es en ese momento donde puedes usar tu creatividad para encontrar la manera de integrar en ti, de forma positiva, sana y estratégica, algún valor de esa estética que rechazas, pues solo en ese momento te estarás liberando un poco del lado más limitante de tu estilo, abriéndote a nuevas posibilidades tanto en tu estética como en tu vida, y así estarás empezando a mostrarte al mundo de una forma más auténtica, segura y cargada de aceptación, pues al hacerlo habrás incluido esa parte vulnerable de ti que por años juzgaste y tapaste al creer que no era válida.

Sobre mí

Soy una mujer que ama los nuevos retos, apasionada de la moda, la belleza y la estética conscientes, que cree profundamente en ellas como expresión y generadoras de bienestar cuando son coherentes. Diseñadora de vestuario de la UPB, Fashion Stylist del IED ModaLab en Milano, con estudios en Psicología de la Imagen y certificación como Experta en Coaching de Imagen.

Actualmente y durante más de 12 años, he trabajado con distintas empresas como speaker a través de cursos y talleres, o en sesiones personalizadas para sus empleados, en experiencias para clientes VIP de diferentes marcas; al igual que como stylist, personal shopper y coach de imagen, para personas naturales.

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