Celia Vela es la invitada especial seleccionada por LCI Bogotá y la revista Fucsia para hacer parte del proyecto MAESTROS COSTUREROS, y será por una semana la mentora de lujo de este inigualable diplomado.
Nacida en Figueres, paraíso con aire medieval y toques modernistas, situado al norte de la provincia de Gerona en Cataluña, y también casa del sublime artista español Salvador Dalí, fue el lugar que la inspiró desde pequeña. Celia Vela creció entre papeles y lápices, siempre dejando huella de su ingenio sobre cualquier superficie o material que le permitieran dibujar y crear sin límites.
Una máquina de coser siempre estuvo presente en su casa, y la destreza de su abuela que se desempeñó como sastre durante toda su vida, fueron determinantes en su formación. Aunque el arte y la restauración de piezas parecían ser su más obvio destino, sorprendió a sus padres inscribiéndose en la Escuela Superior de Diseño de Moda Felicidad Duce, hoy LCI Barcelona, para instruirse como diseñadora de modas. Desde entonces la creación de prendas de vestir con toques futuristas y siempre a la vanguardia, pero con el detalle y la precisión de una experta de la alta costura, han sido adjetivos y reseñas que han acompañado la carrera de Celia. El amor y respeto por las técnicas de tradición la han llevado a ser una de las diseñadoras europeas más buscadas en Japón, y su intuición y trabajo nunca se detiene.
El proyecto de MAESTROS COSTUREROS la trajo por primera vez a Colombia, y ha sido para ella un reto como ningún otro: “No tenía idea a lo que venía. No calibré la magnitud del proyecto, del talento de ellos, de lo que iba a conocer. Ha sido absolutamente increíble”. Habla de sus alumnos con mucho orgullo y enfatiza en la evolución que ha podido presenciar durante estos días de trabajo conjunto en las aulas de LCI Bogotá. “He visto tan buena armonía y fusión entre ellos, que es como si llevaran trabajando juntos toda la vida. Costureros e indígenas no tienen por qué coincidir, en lo que saben hacer y en su forma de ver la vida, pero con las dinámicas de grupo que hemos realizado, su intuición y la suerte de haber sido yo el hilo conductor, estoy segura veremos unos proyectos maravillosos”, comenta.
La española ha sido la guía de costureros e indígenas que se han reunido a recibir conocimiento y consejos en un taller de lujo. Este ha sido un espacio, no sólo para lo técnico, sino también para abrir corazones. Celia Vela habla con mucho afecto sobre lo que le deja esta experiencia: “Me los llevo en el corazón. Les he cogido mucho cariño. Este proyecto si tiene algo bonito es lo humano. Es precioso por eso. Jamás hubiera hecho algo que tuviera un componente humano tan importante”.
Para finalizar una confesión con una pizca de humor: “Me dio mucho respeto el encargo, si cruzas el charco ¡hazlo bien!”.