Entre muchas de las razones por las cuales debes limitar el uso de dispositivos tecnológicos, súmale que puede estar envejeciendo tu piel.
Todas sabemos que las pantallas de nuestros celulares, computadores o televisores no son tan buenas para nosotras, ya sea por las horas que les dedicamos hasta por el daño que le causan a nuestra vista, como arruinan nuestros patrones de sueño y como acortan nuestra concentración. Pero como si esto no fuera suficiente, las últimas investigaciones podrían hacer que toda selfie addict entre en pánico (inserte emoji asustado), pues según los expertos, la luz de las pantallas podría ser dañina para nuestra piel.
El supuesto culpable es la luz visible de alta energía (también conocida como luz azul) emitida por nuestros dispositivos, la cual aseguran podría tener efectos envejecedores similares a los que conlleva la exposición solar. Como bien sabemos lo nocivo que son los rayos UV del sol (causando cáncer y otros trastornos de la piel), los científicos se han dedicado a descubrir los efectos que pueden tener estos otros tipos de luz en nuestra piel. La idea de que esto podría estar causando daños permanentes en nuestros rostros, es francamente, una pesadilla.
Si solías pensar que los rayos UV eran la única causa externa que provocaba manchas de envejecimiento, piensa otra vez, pues cada vez más investigadores, fototerapeutas y dermatólogos concuerdan que la luz azul puede emitir radiación infrarroja y, por lo tanto, podría tener efectos nocivos sobre la piel incluyendo el envejecimiento prematuro al liberar radicales libres que dañan las células. Además, los expertos aseguran que la luz azul llega hasta el fondo de la segunda capa de la piel, la dermis, donde se encuentra todo lo bueno: el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico. Eso sí, es necesario aclarar que de momento no hay suficiente evidencia para afirmar que cause cáncer de piel, haciéndola menos nociva que los rayos UV.
Sin embargo, muchos expertos concuerdan en que, a pesar de que para algunas compañías de cuidado de la piel la luz azul es solo otra oportunidad de marketing, aún así insisten en que sí podría ser una fuente de envejecimiento prematuro y dado el tiempo que pasamos frente a las pantallas la exposición debería preocuparnos, ¡y a todos!, no solo a la generación de los selfies.
Pero, salvo por renunciar a toda la tecnología y refugiarnos en un bosque, ¿cómo podemos protegernos? Lo ideal es cuidar la piel con antioxidantes como el suero de vitamina C y protectores solares minerales que contengan óxido de zinc y/o dióxido de titanio. El maquillaje también puede actuar como una barrera entre nuestra piel y la luz azul u otras energías infrarrojas emitidas por dispositivos modernos. Sin embargo está claro que la mejor manera de protegerse de los efectos de la luz azul es limitar la exposición.
Así que sí, ahora podemos agregar este fenómeno llamado “screen face” a la lista de aflicciones supuestamente causadas por nuestra dependencia de la tecnología digital, junto con “text neck” (las arrugas en el cuello por mirar el celular) y “cellphone elbow” (dolor en el codo por sostener el celular).
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