Una guía S.O.S. para resucitar las uñas que han sido sometidas al daño extremo tras el uso contante, inapropiado, o bajo el cuidado inexperto de acrílicos.
No podemos negar que las uñas de acrílico son de los mejores inventos del siglo: duran un montón de tiempo perfectas, el color no se astilla y no tienes que pasar media hora con las manos al aire sin poder tocar nada para no arruinar tu manicure. Esto está claro. Sin embargo, como muchas de nosotras sabemos, no todas son ventajas. Pegamentos, abrillantadores, productos químicos que secan la uña, todo esto no define exactamente unas uñas sanas, ¿verdad? Así que después de meses, e incluso años de uso tus uñas pueden verse y sentirse dañadas o débiles.
A continuación encontrarás una guía S.O.S. para resucitar las uñas que han sido sometidas al daño extremo tras el uso contante, inapropiado, o bajo el cuidado inexperto de acrílicos.
Cortar por lo sano
Córtate las uñas a ras de los dedos al retirar el acrílico. Esto hará que tus uñas no se rompan, pues probablemente en este punto las tengas endebles y propensas a quebrarse y escamarse. Además, puedes tomar vitaminas y calcio para que las uñas crezcan fuertes e hidratadas.
Aceite de cutícula, yes please
El aceite de cutícula es ahora tu mejor amigo. Déjalo en tu escritorio o puesto de trabajo, mételo en tu bolso, haz lo que tengas que hacer para asegurarte de aplicarlo dos veces al día. Y no olvides la regla de oro: ¡No limpies, ni laves sin guantes! Los productos químicos y el agua pueden hacer que las uñas se vuelvan débiles y flexibles; los guantes ayudarán a protegerlas.
Además si eres de las que sufre por pasar un solo día sin esmalte, el aceite de cutícula hará que tus uñas parezcan recién salidas de un manicure.
El endurecedor es un must
Que te tengas que alejar de los acrílicos no quiere decir que tengas que descuidar tus uñas. Ahora que llevas las uñas “al natural”, las manicuras regulares son fundamentales. Solo asegúrate de usar un esmalte endurecedor cada dos o tres días durante cuatro semanas, y verás como poco a poco tus uñas te lo agradecerán.
Pídele consejos a tu abuela
¡No estamos bromeando! Lo cierto es que en estos casos los remedios caseros sí sirven. Por ejemplo puedes probar con este tratamiento:
Mezcla tres cucharadas de aceite de oliva y una cucharada de jugo de limón en un bowl. Mete las uñas limpias y naturales en el recipiente durante aproximadamente diez a quince minutos y luego enjuaga con agua. Haz este tratamiento una o dos veces a la semana durante un mes y verás cómo tus uñas se vuelven más sanas y fuertes y al cabo de tres o cuatro meses habrás recuperado por completo tus uñas.
Gel > Acrílico
Una vez recuperes tus uñas tal vez prefieras optar por los esmaltes de gel, los cuales también son duraderos, son igual de brillantes y no se astillan tanto como los esmaltes tradicionales. Claro, también es fácil engancharse a eso, y aún más fácil es eliminarlo de forma incorrecta, volviendo, a dañar tus uñas y teniendo que volver a comenzar de cero.
No olvides, unas uñas bien cuidadas dicen mucho de quienes somos.