Alimentación

Las 8 peores formas de alimentarse

RevistaFucsia.com, 25/10/2011

¿Sabías que tener una mala alimentación no solo se manifiesta en los gorditos sino en tu comportamiento mental y hasta tu libido? Obsesionarte con comida, dietas y calorías no funciona, pero si eliges la indiferencia frente al tema y prefieres meterte a la boca cuanta cosa se te atraviese, tu salud física y mental pueden estar en riesgo.

Foto: Thinkstock

Que tener una buena alimentación no se convierta en la tortura de cada día. Comer debe ser el privilegio de saborear los placeres de la vida que llegan a través de nuestro sentido del gusto.  Ser una lunática de la gastronomía no sirve de nada si a cada plato de comida le sacas el número de calorías y carbohidratos, pero tampoco te ayuda comer cualquier cosa que se te pase por el frente.

El cuerpo necesita energías, combustible del bueno, no del corriente. De acuerdo a una reconocida nutricionista, nuestro organismo tiene hasta cien trillones de células y cada una de ellas requiere de aportes de energía para poder tener un desarrollo perfecto. ¿El secreto? Comer bien.

La alimentación es motor clave para procesos como el estado de ánimo, incremento de la capacidad cognitiva, el sueño, la energía para cada una de nuestras actividades y la buena actividad sexual, entre otras importantes funciones.

¿Tú cómo te alimentas?
Si no te has dado cuenta de qué tan saludables son tus hábitos, reconócelos y dale un vuelco a tu rutina gastronómica. ¿Cuáles son las peores formas de alimentarse y qué consecuencias trae?

1.    Comer dietas ricas en grasas (especialmente las saturadas): El motor de nuestro cuerpo corre peligro. Corazón alerta. Estos alimentos aumentan el riesgo de sufrir enfermedades coronarias.  Endurecen las arterias y el organismo no está hecho para combatir este tipo de grasas tan pesadas.

2.    No consumir fibra: Pocos cereales integrales y alto consumo de grasas, solo son una “ayuda” a que padezcas diversos tipos de cáncer como el del colon, de estómago y de mama. Estudios confirman que una tercera parte de los casos de cáncer pueden prevenirse con una dieta adecuada y saludable.

3.    Azúcar y más azúcar: Expertos de la ciencia y la fertilidad confirman que alimentos con alto contenido de azúcares o alimentos elaborados pueden causar esterilidad y aumentar el riesgo de aborto. Un dulce de vez en cuando no hace daño, pero si compras una chocolatina diaria después de almuerzo con la excusa de “pasar la llenura”, vas por el camino incorrecto.

4.    ¿Eres de las que le arroja sal a la comida que YA la tiene?¿No has probado nada del plato cuando el salero hace de las suyas y bombardea toda tu comida? El sabor que crees que le falta, no se lo da media libra de un compuesto químico de este tipo que, cuando se consume de manera exagerada, engorda y hace aumentar las posibilidades de padecer obesidad, además de otras enfermedades como hipertensión, fatiga, mal rendimiento físico y baja autoestima.

5.    Los atracones de comida son la peor forma de desfogar las necesidades de tu cuerpo. Creer que tu estómago es un gran relleno sanitario que espera ser atiborrado con toda la comida que le tiren, desestabiliza tu metabolismo de manera inmediata. Estos atracones se producen cuando llevas largas horas sin comer (mal hábito que también origina la aparición de la gastritis y el síndrome del colon irritable) o cuando haces dietas extremas.

6.    Comida de paquete: Un “paquetico” de papas en la media mañana o un aderezo excesivamente condimentado,  pueden provocar  desórdenes psicológicos como hiperactividad, falta de concentración, fatiga y agresividad. Las dietas con alta concentración de aditivos, conservantes y azúcares refinados solo provocarán trastornos en tu conducta normal.

7.    Alcohol para esta mesa: Un barman hace su navidad contigo si consumes alcohol cada fin de semana. Quien no celebra es tu hígado maltratado por las grandes dosis con las que lo estás agobiando. Éstas contienen pocos o cero nutrientes, cruciales para que el hígado haga la correcta absorción de vitaminas y minerales. Inconvenientes hepáticos y renales (como la cirrosis, que puede incluso ser mortal) no tardan en habitar tu cuerpo si tus ratos libres siempre los acompañas con un buen vaso de cerveza, por lo menos dos días a la semana.

8.    ¿Quién dijo que la fruta es para los aburridos? Si lo que más te acercas a este alimento es el jugo de cajita que compras en el supermercado o la gomita con sabor a fresa, quedarás aburrida cuando la gripe te bote a la cama cada dos meses. Lo minerales básicos y todo aquel  listado infinito de nutrientes con los que estos alimentos cuentan, no están allí como un adorno de la naturaleza. Éstos fortalecen nuestro sistema digestivo y previenen infecciones.

Alimentos buenos vs. Alimentos malos
No debes cohibirte, pero tampoco sobrepasarte por regalarte un gusto. Hay que comer de todo, pero el exceso de ciertas comidas que el cuerpo no está capacitado de soportar, solo causa problemas en cada uno de nuestros órganos. A largo o a corto plazo, las consecuencias te pueden marcar de por vida y comer lo que se te antoje, no podrá ser una opción: tu organismo lo rechazará. Mide tu balanza de comidas, aumenta la ingestión de tus aliados alimenticios y no te sobrepases con los que pueden convertirse en tus “enemigos”.

Los buenos
•    Alimentos vivos, es decir, los crudos. No pasan por procesos de cocción, congelación, ebullición o calentamiento en el microondas. Tiene su estado original  y sus enzimas alimenticias completas, como la verdura cruda o  los brotes de cereales y semillas
    La fruta en todas sus presentaciones y el pan integral, denominados como los carbohidratos saludables. Contribuyen al buen estado de ánimo.
    Alimentos orgánicos.
•    El aguacate y los frutos secos, que contienen las “grasas buenas”. Ayudan a adelgazar,  nutren los órganos reproductores, la piel, el pelo y el tejido óseo. Además, ayudan a metabolizar las “grasas malas”.

Los malos
•    El chocolate, las galletas y cualquier alimento con azúcar refinado. Durante este proceso de refinación, se elimina gran cantidad de vitaminas y minerales y lo único que entra al organismo es azúcar pura.
•    Alimentos no orgánicos. Aquellos que han sido rociados con sustancia químicas como pesticidas, dañan las células y los órganos del aparato digestivo.
    Carnes rojas. El exceso de grasa animal intoxica el organismo y acidifica la sangre, hace que los riñones trabajen más de la cuenta y elimina las bacterias beneficiosas.
    Harina blanca refinada y azúcar blanca. No contienen fibras naturales ni nutrientes. Causan sobrepeso, fatiga, depresión y estreñimiento




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