Twitter volvió a ser el centro de la polémica debido a un
tuit vertido por una de sus usuarias, la periodista española Sara R. Gallardo en su cuenta personal hizo alusión a una situación de la que ella había sido “víctima” por su condición de mujer y a la que calificó como machista. Así, bajo el
hashtag #machismo, público la siguiente frase: “He ido a la biblioteca a estudiar como todas las mañanas y el chico de enfrente me ha dicho que si quería tomar un café”.
La red social no tardó en plagarse de comentarios en contra de la opinión de la joven y su reflexión sobre qué actitudes deben considerarse machistas. El
hashtag se convirtió en
Trendin Topic en España y el
tuit consiguió más de 3.700 retuits y casi mil favoritos en apenas un día.
Los prejuicios en torno al feminismo parten del desconocimiento del movimiento, sus logros y objetivos. También de la demonización, en muchos casos, de sus preceptos o de la confusión que genera el discernir qué es verdaderamente feminismo y qué no lo es.
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El profesor de filosofía de la Universidad YMCA de México, Mauricio Dimeo, alude a esta problemática en su escrito
Qué no es feminismo, donde reflexiona sobre qué actitudes están muy lejos de acercarse a los verdaderos preceptos del movimiento.
1. No está en contra de los hombres. Se tiende a caer en el error de creer que feminismo es lo opuesto al machismo, es decir, considerar a la mujer en superioridad al hombre, lo cual es una consideración falsa. El feminismo es combativo frente al sexismo (machismo o hembrismo) y
busca la igualdad de géneros, no la inferioridad de uno frente al otro.
2. No está en contra de la mujer como madre. Está en oposición a la sociedad patriarcal que impone la noción de que ser mujer implica necesariamente ser madre. Si bien esta puede realizarse como madre, también lo puede hacer en otro apartados de la vida: política, profesional, económica, social…
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3. No está en contra de la feminidad. Sí de las construcciones sociales que asocian estereotipos de lo que debe ser un hombre y una mujer. Cualidades como la afectividad, la docilidad, la pasividad, la timidez, la delicadeza o la feminidad se asocian con el rol de ser mujer desde la antigüedad. El feminismo busca que cada mujer elija en libertad las cualidades que la definen, sin fundamentarse en imposiciones sociales o históricas.
4. No está en contra de las relaciones de pareja. Se opone al amor con imposiciones, al amor controlador, abusivo, manipulador, el que humilla. El que basa sus preceptos románticos en la necesidad; el que no permite la emancipación económica de la mujer y su libertad financiera; el amor dependiente, el violento y el que emplea el cariño para dominar y minar.
5. No está en contra de las mujeres que quieren resultar atractivas. El feminismo basa sus preceptos en la libertad, en la elección de la mujer sin coacciones de ningún tipo. Mientras estos principios se mantienen, cada mujer debe tener la capacidad de elegir cómo quiere mostrarse y vestirse de puertas para fuera.
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