Leches vegetales ¿en verdad son mejores?

Marcela Ochoa Jaramillo, 13/12/2017

Almendras, soja, arroz o avena, las leches vegetales están disfrutando de sus 15 minutos de fama, pero ¿son realmente mejores que la leche de vaca?

Fotos: Lucho Mariño / istock

Por años la leche de vaca se consideró un alimento esencial. Pensar en excluirla de la dieta era poner en riesgo la salud de los huesos y de los dientes, comprometer nuestros niveles de energía, provocar que la piel luciera deshidratada e incluso que conciliar el sueño fuera más complicado. Pero con el cambio de siglo algo pasó y todos comenzaron a señalarla como si se tratara de la bruja de un cuento.

Se la culpó de provocar problemas digestivos, de agravar las afecciones coronarias, empeorar la sinusitis y hasta de aumentar el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Fue entonces cuando aparecieron, por así decirlo, las hadas madrinas: las leches vegetales.

Y cuando todos creímos que esta historia tendría un final feliz, el panorama comenzó a tornarse más complejo. FUCSIA consultó a varios expertos y la conclusión es simple: ni la leche de vaca es tan mala como la pintan ni las leches vegetales tan buenas como muchos creen

¿Sólo la de vaca?

Como si no existieran ya suficientes motivos para crear una gran controversia, el debate comienza desde el nombre. “La leche proveniente de la vaca es la verdadera leche, la de vegetales no se puede llamar así, debe decírsele bebida láctea”, asegura Jannet Arismendi, nutricionista de la Universidad Nacional.

Pero también están los que aseguran que la interpretación puede ser más amplia, teniendo en cuenta una de las definiciones dadas por la Real Academia de la Lengua: “Jugo blanco obtenido de algunas plantas, frutos o semillas”.

Quizás lo más importante en este punto es tener presente que, aunque se les llame así, nutricionalmente hablando, las vegetales son muy diferentes a las de origen animal. “Nunca una bebida láctea vegetal va a igualar o superar a la de vaca. Son de procedencia distinta y tienen diferentes aportes nutricionales e indicaciones”, asegura la especialista.

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Buenas, pero no mejores

Dentro de las llamadas leches vegetales existen muchas opciones; las hay para todos los gustos y presupuestos. “Son una opción para tener en cuenta, pero no de forma permanente, a menos que exista una indicación médica y controles con el especialista”, aclara la experta.

Si está decidida a probarlas o ya toma algunas de ellas, esta guía, que elaboramos con ayuda de las nutricionistas Mónica Avellaneda y Diana Muñoz, le será de gran ayuda.

Almendras

 Tiene una consistencia similar a la leche de vaca.

Posee un alto porcentaje de fibra, es libre de lactosa y no contiene gluten ni colesterol.

No debe suministrarse a los bebés, a las personas alérgicas a los frutos secos o nueces, y quienes tienen problemas de tiroides deben consultar con el especialista antes de incluirla en su dieta.

Arroz

La bebida comercial suele estar fortificada con vitaminas y minerales.

Comparada con la leche de vaca contiene más carbohidratos, pero no posee cantidades significativas de calcio ni de proteína. Es la más hipoalergénica y es apta para los celíacos.

Las personas diabéticas deben evitarla, por su alto contenido de almidón.

Avena

Es la más fácil de preparar en casa y se adapta muy bien a las diferentes recetas.

Por su alto contenido de fibra soluble e insoluble fortalece el sistema digestivo.

No se recomienda para personas que sufren de intolerancia al gluten. Si bien la avena no lo contiene, por lo general se manipula en fábricas que procesan cereales que sí lo incluyen. Revise que la etiqueta indique: “Producto libre de gluten”.

Nueces

No es fácil encontrar en los supermercados y, generalmente, viene acompañada de otros frutos secos, como avellanas o almendras.

Tiene un buen aporte de fósforo y ácido fólico.

Por ser un fruto seco se debe estar atento a una reacción alérgica. No se recomienda ofrecérsela a los niños sin la previa consulta y autorización del pediatra.

Coco

 Es una bebida que se ha vuelto muy popular entre los deportistas.

Es una buena fuente de energía, por su alto contenido en hidratos de carbono.

Contiene una importante cantidad de grasa saturada, por lo que se debe tomar con prudencia.

Sésamo

También llamada leche de ajonjolí.

Es rica en fósforo y se recomienda para personas mayores, porque mejora la memoria.

Contiene el mismo alérgeno que se encuentra en el maní, por lo que las personas que presentan alergias deben restringir su consumo.

Soja

De las llamadas leches vegetales es la más conocida.

Se recomienda para controlar algunos de los síntomas más molestos de la menopausia, como los ‘calores’, por su elevado contenido de isoflavonas y fitoestrógenos.

Por esta misma razón los niños y las personas con antecedentes de cáncer y problemas hormonales la deben consumir con precaución.

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Los niños, cuento aparte

A los menores no se les debe dar leche descremada o bebidas vegetales, a menos que sea por una indicación médica o en casos de autismo, en los que la caseína de este líquido produce algunas intolerancias”, asegura Arismendi. “La grasa aportada por la leche de vaca es fundamental para los preescolares, pues fortalece su sistema nervioso central y renueva las neuronas”.

De acuerdo con los pediatras María José Maldonado y Sergio Agudelo, “las fórmulas vegetales no deben ser incluidas en la dieta de los niños por decisión de los padres”. Solo se recomiendan cuando el pequeño sufre de galactosemia (dificultad para digerir un tipo de azúcar en la leche). En estos casos la única indicada es la de soja, pero siempre con recomendación y seguimiento detallado por parte del especialista.

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