Para aquellas que no pueden evitar entrar a un almacén con descuentos, que ven en cada oferta una necesidad y en cada vitrina un camino más corto a la felicidad; este artículo les explicará el origen de este íntimo placer y maneras de controlarlo.
Shopaholic es el término que describe a las personas que se consideran adictas a las compras. Está ligado al Trastorno de Compras Compulsivas, que se caracteriza por una obsesión por comprar, causando consecuencias adversas. Por lo general, las personas con este trastorno poseen la mayoría de características de un trastorno de personalidad, es decir, experiencias y comportamientos que difieren de las normas sociales y expectativas.
En términos generales, el shopaholic no es solamente aquella persona que excede sus medios de consumo, también incluye a las personas que pasan una cantidad excesiva de tiempo comprando o que piensan constantemente en comprar cosas, aunque nunca las compren. Se considera que el 80% de personas afectadas por este trastorno son mujeres. De acuerdo con la psicología social, la compra excesiva e incontrolada de bienes de consumo, puede ser entendida como una forma de búsqueda de identidad a través de bienes materiales.
En muchas ocasiones es difícil determinar si se tiene un trastorno de esta naturaleza, principalmente porque la persona con este desorden considera las compras compulsivas como algo natural y necesario. Para saber si eres una shpaholic responde las siguientes preguntas:
· ¿Debes ocultar las compras que haces de tu familia?
· ¿Notas que no te alcanza el dinero y te sientes triste porque no puedes seguir comprando?
· ¿Constantemente estás pensando en lo que vas a comprar y cómo vas a actuar ante esa compra?
· ¿Si ves un almacén con descuentos no puedes evitar entrar a comprar algo, aunque realmente no lo necesites?
· ¿Tienes en tu armario prendas que no has usado más de dos veces o que aún son completamente nuevas porque no has tenido tiempo de usarlas?
· ¿Sueles adquirir productos nuevos (como cosméticos) intrigada por sus componentes, aunque en casa tengas productos similares, que cumplen la misma función?
· ¿Ves en las promociones una forma de ahorrar dinero?
· ¿Gastas más de lo que ganas haciendo uso de tarjetas de crédito?
· ¿Ves en las compras una manera de ganar status?
Si contestaste afirmativamente, es posible que estés presentando un Trastorno de Compras Compulsivas, condición que puedes tratar con ayuda de un profesional. Sin embargo, algunos tips sencillos para comenzar a aminorar este comportamiento, cada vez que te aproximes a una vitrina o que tengas un pie en un almacén, son:
1. Entre deseo y necesidad: aprende a distinguir entre estos dos impulsos humanos para guiar tu comportamiento adquisitivo. Si no haces esta diferenciación muy probablemente sea imposible salir de un comportamiento compulsivo al comprar.
2. Evalúa la compra: procura pensar qué tanto va a aportar esta nueva compra a tu vida, si es un artículo que realmente va a saciar una necesidad, o si más bien se trata de elementos que engrosarán la lista de artículos casi nuevos que hacen que cada vez tu armario tenga menos espacio.
3. Evita la cultura marketing: está claro que la sociedad de consumo está encaminada a la compra y acumulación de bienes y servicios considerados no esenciales; para el consumista la obtención de productos genera la satisfacción personal; empero, entrar en la dinámica de consumo es potestad de cada quien. El hecho de que existan innumerables anuncios publicitarios prometiendo un sinfín de beneficios, no quiere decir que estemos en obligación de adquirir los productos que promocionan.
4. Termina cada producto: realiza el ejercicio de privarte de comprar cosas si tienes productos similares en casa que aún funcionan, es decir, no compres otra pestañina (por maravillosa que parezca) si aún no has terminado la anterior. Esto puede ser tortuoso al principio pero con el tiempo generarás el hábito.
5. Aléjate de las promociones: no se trata de comprar todo a precio completo, sino de hacer una rápida evaluación de lo que necesitas antes de entrar a comprar cualquier cosa. Si te das cuenta de que entras al almacén en descuentos, solo porque prometen un porcentaje de rebaja, mejor pasa derecho.
6. Aprovecha únicamente la promoción: en caso de querer comprar algo rebajado, tan pronto entres al almacén pregunta en dónde puedes encontrarlo, porque por lo general las gangas están en el último anaquel, escondidos o rodeados de otros productos a precio mayor, que querrás comprar.
7. No completes el precio de la promoción: no pretendas completar el dinero que ahorraste con el producto en descuento comprando otra cosa, sólo caerás en la estrategia de ventas del almacén y este segundo producto muy seguramente será algo que no necesitas.