Las Farc anunció recientemente su quinta propuesta centrada en el reconocimiento pleno de los derechos de las víctimas del conflicto. En este se contempla un apartado, más concretamente, el número dos, sobre la necesidad de incluir a las mujeres en esta categoría de forma “especial”, en su condición de “madres, esposas, abuelas, compañeras, hermanas, hijas o familiares víctimas, sometidas de manera directa a la victimización”. De esta forma, la guerrilla las identifica como uno de los sectores de la población más afectados por los embistes de una guerra interna que ya se alarga más de cinco décadas.
Según el comunicado, esta inclusión descansa en “la superación de las relaciones patriarcales predominantes en la organización social, conlleve la implementación de transformaciones estructurales que la hagan factible y posibiliten la democratización de las relaciones entre los géneros; comprende la garantía de sus derechos sexuales y reproductivos”.
El enfoque de género es otro de los puntos en los que el documento hace especial inca píe. A modo de compromiso, se hace un llamado a la consecución “ de procesos formativos en derechos humanos con enfoque de género; se identificarán las causas sociales y culturales que permiten la prolongación de tal victimización y perpetúan las posibilidades de repetición; se diseñará un capítulo especial de la política pública integral y transformadora sobre víctimas, con enfoque de género, que atienda los principios de trato equivalente en condiciones de dignidad, justicia distributiva, justicia del reconocimiento de las diferencias y paridad en la participación política, disponiendo los recursos presupuestales”. Todo ello, con la participación directa de las organizaciones de mujeres, como se indica en el comunicado.
La concreción de unos compromisos en pro de las mujeres víctimas es un avance, como indica Belén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en Colombia. “En este segundo punto del comunicado se habla específicamente de las victimas mujeres como sujeto de derecho a reparar. Las FARC claramente reconocen los derechos de las mujeres”.
“Esto nos visibiliza a las mujeres víctimas. La lucha de mucha gente; que muchas líderes no han caído por el gusto. Saber que este actor armado nos reconoce, nos da una luz en ese camino oscuro”, considera Yolanda Perea, líder chocoana y delegada de la Mesa Nacional.
Sin embargo, para ciertos sectores de la población lo adelantado por el grupo guerrillero debe ser refrendado por un compromiso más firme y sólido, teniendo en cuenta, además las especificidades de los casos, como en el tema de la violencia sexual. En una misiva remitida a Iván Márquez, del equipo negociador de las FARC en La Habana, y firmada por la delegación de la Iniciativa de las Mujeres Nobeles de la Paz, entre las que se incluyen Jody Williams, ganadora del premio en 1997, y la periodista Jineth Bedoya, se recoge que, si bien es un paso que “aceptan la necesidad seria de entrar en platicas sobre puntos y compromisos claros sobre cómo van a responder a las demandas de las mujeres sobrevivientes de la violencia sexual en este conflicto”, se hace necesario también “ver puntos claros de su parte sobre qué están dispuestos a negociar”.
Para Paula Gaviria, directora de la Unidad de Víctimas, ha habido una evolución en lo que se refiere al reconocimiento y participación de la mujer en la construcción de paz, como es el hecho que se lograra la inclusión de dos delegadas plenipotenciarias en las conversaciones de La Habana o la creación de una subcomisión de género en la mesa. “Es un tema que empieza a ocupar un lugar importante, pero hay que insistir y persistir para que quede con la profundidad que debe quedar y, en el momento de implementar acuerdos, que la dignidad de la mujer, el reconocimiento y su inclusión en las diferentes dinámicas sociales y políticas, sea una de las apuestas de la construcción y reconstrucción del estado”.