Un estudio con dos grupos de mujeres evidenció que un componente es el mejor aliado para perder una que otra librita.
Bajar de peso no es tan sencillo como subir y es que a medida que pasan los años el organismo se vuelve más lento y por ende se necesitan de varios aliados parar dar la batalla. El ejercicio y la buena alimentación siempre serán la combinación perfecta para mantenernos en la talla deseada.
Sin embargo, varios estudios nos han dado luz verde de algunas ayudas extras que harán que el camino sea más sencillo y menos tedioso. Un resiente estudio dejó ver que la vitamina D podría ayudar a la pérdida de peso y de igual forma disminuir la grasa corporal.
Y es que un estudio donde utilizó a dos grupos de mujeres en condiciones iguales como en peso, grasa corporal, rutinas de ejercicio y hábitos alimenticios arrojó que aquellas que consumieron vitamina D durante un año, llegaron a perder hasta 7 libras en comparación con las otras que solo tomaron un placebo.
Vale la pena resaltar que los resultados se dieron acompañados de una rutina de ejercicio y alimentación balanceada.
Algunos estudios han revelado que los efectos de la vitamina D en la pérdida de peso están relacionados con reducir la formación de células grasas y eliminar el almacenamiento de estas.
Gracias a que con la ayuda de la vitamina D se pueden llegar a aumentar los niveles de serotonina que afectan nuestro estado de ánimo y de sueño. Además, de ayudar a controlar los antojos que llevan a comer más de lo normal y nos ayuda a sentirnos llenos.
Además, entre más vitamina D tenga nuestro cuerpo se puede llegar a asociar a obtener niveles altos de tosterona que provocarían una importante pérdida de peso.
Expertos en el tema recomiendan que el uso de está vitamina esté ligado con la edad de las personas, es decir, que los adultos deben consumir al menos 600 UI (15 mcg) de vitamina D al día. Y no consumir más de 4000 UI por día.
La vitamina D la encontramos en varios alimentos como las sardinas, el atún, el salmón, los lácteos y la yema de huevo. Además tomar el sol también nos proporciona bastante de esta vitamina, solo debes exponerte de 5 a 10 minutos de 2 a 3 veces por semana.
La vitamina D es un nutriente esencial en el buen funcionamiento del cuerpo, pues ayuda a usar el calcio y el fósforo para fortificar los huesos y los dientes. Por eso, su deficiencia puede llevar a enfermedades de los huesos, como la osteoporosis o el raquitismo.
Esta vitamina también juega un papel importante en los sistemas nervioso, muscular e inmunitario. Los músculos la necesitan para el movimiento, y los nervios para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo.
Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés), la vitamina D es indispensable para que el sistema inmunitario, porque puede ayudar combatir las bacterias y los virus que lo atacan.