Cultiva tus propios alimentos y ten una vida saludable
Ya sea en muros verdes o en macetas, en el jardín o en interiores, todo lugar de tu casa puede funcionar como un pequeño huerto. Un balcón, una terraza o una habitación bien ventilada e iluminada puede ser el sitio perfecto para obtener frutos, raíces y hojas con las que puedes hacer deliciosas recetas en tu propia cocina.
Esta forma de cultivo que tuvo su origen a raíz de la Segunda Guerra Mundial implantando huertos en algunas ciudades de Estados Unidos para producir alimentos, con el paso del tiempo se hizo más popular gracias a la tendencia eco. Estas son algunas de las ventajas de cultivar nuestros alimentos en casa:
1. Alimentación más saludable: al ver crecer en tu casa aunque sea una mata de tomate, pimentón, arveja etc., nos dan ganas de comer más sano.
2. Ser más consciente: al estar cerca de los proceso de cultivar y recolectar nos damos cuenta de la importancia de consumir “productos de proximidad”, reduciendo así la huella de carbono que produce el transporte de alimentos.
3. Fomenta una cultura más sostenible creando tendencias dentro de las comunidades con las que tenemos un contacto cercano.
4. Pulmones de la ciudad: entre más espacios verdes tengamos en la ciudad aportamos mayor cantidad de oxígeno al medio ambiente.
Cultivar semillas de los vegetales de nuestro agrado puede ser una labor entretenida y sencilla. Aquí te damos algunas indicaciones para que empieces tu propio huerto.
1. Aguacate:
Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Semisombra.
El hueso o semilla del aguacate déjalo unas horas en agua para que ablande y clávale cuatro palillos en forma de cruz para que, en un recipiente, pueda mantenerse a flote y sólo la base del hueso esté en contacto con el agua.
Aproximadamente un mes después verás cómo empieza a germinar, rompiendo la corteza. Así ya puedes plantarlo en una maceta y esperar el resultado. Como es un árbol debes estar pendiente de traspasarlo a una maceta más grande a medida que va creciendo.
2. Cebolla
Riego: Abundante. Disminuir una vez formados los bulbos.
Luz: Directa o semisombra.
Compra una cebolla y córtale la tapa. Deja que se seque un poco unos días y luego colócala en una maceta con un poco de tierra y sustrato alrededor.
En pocos días brotarán tallos, y en unas semanas se enraizará con fuerza. Cuando germine plántala dejando 1/4 de la cebolla afuera con el tallo hacia arriba.
3. Zanahoria
Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Directa o semisombra.
Coloca la parte de arriba de una zanahoria en un recipiente con poca agua durante unos días, teniendo cuidado de que que no se pudra. Después de 1 o 2 semanas brotará una raíz del tallo y una vez crezca, cubrimos la base con tierra, dejando la raíz por fuera
Debemos poner la parte de arriba de la zanahoria en un recipiente con poca agua durante unos días para ver cómo evoluciona, teniendo cuidado de que no se pudra. Esto porque hay que conseguir que brote una raíz del tallo, lo cual puede tardar entre 1 y 2 semanas. Una vez que crezca, se cubre la base con tierra, dejando la raíz por fuera.
4. Jengibre
Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Semisombra.
Después de hidratarlo toda una noche, planta una pieza con los brotes más grandes hacia arriba. Ten en cuenta que siempre hay que mantenerlo bien hidratado y lejos de las bajas temperaturas. Su mata es bastante decorativa como para poderla mantener en tu cocina.