La temperatura del agua con la que nos bañamos influye en nuestro organismo. Descubre aquí cómo.
No hay nada como llegar a la casa y darte un baño de agua caliente, nos sentimos relajados y la ducha se convierte en un resguardo cuando el clima exterior nos está congelando. Pero ajustar el agua a la temperatura ideal no solo nos ayuda a combatir el clima frío, sino que ducharse con una agua a más de 35 grados centígrados trae muchos beneficios.
Como lo sospechabas, sí, bañarte con agua caliente te ayuda a dormir mucho mejor. Científicos de la Universidad de Texas en Estados Unidos, encargados de investigar el sueño, estudiaron qué pasaba en un grupo de individuos cuando tomaban un baño caliente dos horas antes de irse a dormir.
El portal Gizmodo, encargado de publicar el estudio, aseguró que el calor del agua “dilata los vasos sanguíneos y mejora la oxigenación de la sangre. Esto hace que los músculos reciban más oxígeno, acelerando su recuperación y aliviando el dolor muscular y el cansancio”, lo que genera que nuestro cuerpo se relaje y reduzca los síntomas de la ansiedad.
La relajación es para todo el cuerpo, incluido el cerebro. Este órgano se beneficia y descansa con la dilatación de los vasos sanguíneos, reduciendo los dolores de cabeza.
Por otro lado, el vapor del agua caliente descongestiona las fosas nasales y las vías respiratorias; y, aunque parezca extraño, podría incluso reducir el riesgo de contraer diabetes, debido a la liberación de un tipo especial de proteínas conocidas como las HSP, que se produce cuando se genera el golpe térmico entre el agua caliente y el cuerpo.
Una investigación realizada por la Universidad de Loughborough, en Reino Unido, encontró que al introducir a un individuo en una bañera caliente, con el agua a 40 grados centígrados, los niveles de azúcar disminuían drásticamente, aún más que si el mismo individuo hiciera ejercicio en una bicicleta estática.
A pesar de la variedad de beneficios que nos ofrece el bañarnos con agua caliente, todo en exceso es malo. Carry Kovarik, profesora de dermatología del Hospital de la Universidad de Pennsylvania, advierte que el agua a altas temperaturas puede ser dañina para nuestra piel.
También genera un daño en el folículo piloso, provocando un exceso en la producción del hongo de la caspa en el cuero cabelludo y un aumento en el sebo o grasa, derivando en la caída del cabello. Además, las altas temperaturas pueden causar un cambio en el color de la piel.
Un baño de agua caliente puede ser muy satisfactorio. Sin embargo, debes tener cuidado con los cambios bruscos de temperatura una vez sales de la ducha y te encuentras con el clima externo.
Según Resuscitation Journal, una revista especializada en salud, el agua caliente puede provocar problemas en el corazón. Una investigación publicada por el medio descubrió que las personas que se duchan con agua a altas temperaturas tienen un 10 % más de probabilidad de sufrir un paro cardíaco.