¿Eliminar grasa? ¿Recuperar la figura? ¿Mantenerte esbelta? Todo se puede lograr, pero no debes creer lo primero que llegue a tus oídos. No todos los chismes de pasillo o secretos de la abuela son ciertos, ni aquello que te encuentras rondando por la red. Expertos nos han dicho la verdad. 6 dietas, alimentos y hábitos que por los siglos de los siglos nunca fallan ni fallarán.
La obsesión femenina de tener una figura perfecta es un negocio lucrativo para diversas industrias. De todo se dice, y nosotras, de todo hacemos para perder peso, porque al fin de cuentas, no hay nada que perder sino grasa poco deseada.
El primer mandamiento de este objetivo que puede ser un hábito de por vida, es que las dietas extremas o dejar de comer no son la solución efectiva, por más que la balanza te dicte lo contrario. Solo estarás sentenciando a tu cuerpo a trastornos orgánicos y a que subas de peso con más rapidez apenas te descuides.
Entérate de lo real, aquello que ha sido comprobado y avalado por nutricionistas, médicos, dietistas y expertos de la salud femenina. Haz las cosas bien y rompe mitos.
1. Dieta de los 10 días: Para bajar de peso rápidamente, preferida para aquellas “emergencias” de belleza que se presentan inesperadamente: una fiesta, un evento especial o un viaje con bikini incluido. Matarse de hambre nunca será el secreto, pero sí cambiar harinas por alimentos integrales. Este plan rebaja entre 3 y 5 kilos en una semana y media, la medida justa y equilibrada para que tu organismo no se vuelva loco ni tu piel pierda sus propiedades nutritivas. Más que los productos dietéticos, la clave está en la elegir los cereales y alimentos con gran cantidad de fibra, aquellos con menos o cero cantidad de grasa. Las tortillas a las finas hierbas, las cremas de verduras, barras de cereales, ensaladas con verduras verdes, preferiblemente (te aportan la cantidad de agua necesaria para la eliminación de agentes tóxicos en los tejido adiposos del cuerpo), yogures, carnes blancas a la plancha, batidos frutales y muchísima agua. Reduce la cantidad de tus raciones y elimina el azúcar blanca por una semana. Endúlzate al natural.
2. La dieta del semáforo: Comer según los colores es un excelente método para mantener tu peso ideal una vez lo hayas encontrado, aquel momento en el que te sientes satisfecha con tu figura y sobre todo, con tu estado de salud. Divide tu plato en alimentos en rojos o “prohibidos” (que vendrían siendo los que no puedes comer en exceso), como las carnes rojas, la mantequilla, la leche entera, los embutidos y los postres. Los amarillos, los de “precaución”, se consumen más seguido pero moderando las raciones (frutos secos, chocolates, huevos, pasta, pan, papas, frutas con mucho dulce –banano, uvas, kivis, entre otros- y alcohol). Dale “vía libre” a los de color verde, donde entran la mayoría de las verduras y frutas, pescado, pollo, arroz integral, legumbres. Una vez adquieras el ritmo, más que una dieta será un hábito saludable.
3. Dieta para disparar el metabolismo: Come y come y serás delgada. Para muchas no termina siendo más que un activismo en pro de la gordura, pero es verídico que comer entre 5 y 6 veces al día regula tu organismo y deja que todo aquello que es nocivo se vaya más rápido. Eso sí, ten cuidado con lo que te llevas a la boca en cada sesión glotona. La importancia de mantener el metabolismo trabajando permite que se desechen toxinas y grasas mucho más rápido. Las reacciones metabólicas son milagrosas si combinas alimentos indicados con hidratación y movimiento. El picante en las comidas, la canela, la stevia, el brócoli, la espinaca y las frutas con gran cantidad de agua son algunos de los que aceleran el metabolismo tanto como cualquier otro, pero picando durante el día con quesos, galletas integrales, trozos de fruta y tomando tus 3 comidas diarias como debe ser, le das un empujón al proceso metabólico. Bajo este concepto, en un mes notarás la gran diferencia.
4. Dieta basada en alimentos que queman grasa: Cuando la flacidez asoma, este régimen es óptimo para la grasa acumulada y difícil de eliminar. Como tu cuerpo sigue necesitando ácidos grasos, ve por productos que contienen “grasa de la buena” y que no desequilibran el proceso digestivo. Los frutos secos, el aguacate y las semillas son letalmente buenos. Los licuados vegetales y los líquidos con hierbas purificantes como el apio, el té, la canela, espárragos, semillas de ajonjolí, la espinaca, los melocotones, la naranja, el pescado y las almendras, entre otros otros, desintoxican el organismo, depuran y disminuyen la grasa de los músculos.
5. Dieta de la rotación: Nada de platos de un solo grupo alimenticio. No ingieras solo frutas o solo verduras con la teoría de que llenarte de alimentos saludables te hará bajar de peso. Al consumir un mismo producto puedes desarrollar alergias alimenticias, irritación del colon y predisposición a que aquellos que no consumes con regularidad te engorden mucho más rápido el día que lo hagas. Un postre muy de vez en cuando puede hacerte subir de peso mucho más de lo que esperas si no acostumbras a tu cuerpo a su presencia.
6. Dieta anti-vientre inflamado: Las tortura de muchas y confusión para otras. No siempre una mala función del colon es equivalente a una mujer pasada de peso. Es normal que con este trastorno el abdomen se hinche de la nada y los pantalones ni siquiera quepan en una mala mañana digestiva. Mantén tus intestinos en movimiento, el estreñimiento es uno de los principales enemigos de este síndrome. Come toda la fibra que puedas para que no retengas líquidos y tu digestión sea regular. Esto también evita los gases y el dolor abdominal, otras causas del estómago inflamado. Evita las bebidas con gas, la leche entera, controla la ingestión de sal, no mastiques chicle y bájale a las grasas y fritos lo más que puedas.