Claudia y Camila Torres ‘Mishmashladies’ son coaches en cambio de hábitos y hoy nos hablan sobre alimentación saludable.
Nos encontramos en la era de la inmediatez. Tenemos acceso a información desde cualquier parte, por diferentes medios, en tiempo real, de forma rápida y asequible; y esto influye sobre nuestro conocimiento, decisiones y, por supuesto, sobre nuestros hábitos.
Sin embargo, esta información muchas veces puede confundirnos al ser contradictoria, ya que son muchos los que hablan diciendo tener la verdad absoluta. ¿A quién creerle? Lo que podemos decirte es que todos aquellos que hablan sobre vida saludable deberían llegar a la misma conclusión, “La alimentación saludable es una, es consciente y natural”.
Esto puede sonar un poco complicado, y si estas considerando comenzar un nuevo estilo de vida saludable y oyes esto, tal vez surjan pensamientos como, “bueno, pero ahora todo es malo”, “me va tocar vivir a punta de aire” o “yo no voy a dejar de comer lo que me gusta, igual de algo me voy a tener que morir”. Pero no debe ser así, llevar una alimentación realmente sana debe ser fácil y, sobre todo, sostenible en el tiempo.
A continuación te vamos a dar los puntos más importantes para empezar y mantener una alimentación sana para siempre.
Vivimos intoxicados debido a diferentes factores como la contaminación del aire y del agua, los pesticidas, los químicos en los productos de limpieza y de higiene personal y una larga lista que podría nunca acabar. Nuestro organismo tiene la capacidad de filtrar todas estas toxinas por medio de órganos como el hígado, pero cuando acumulamos tantas cosas dañinas, éste no puede hacer bien su trabajo y es cuando comenzamos a presentar problemas de salud. Es por eso que, para minimizar este impacto, debemos evitar al máximo los alimentos industrializados y altamente procesados, ya que contienen ingredientes muy tóxicos y nocivos para nuestra salud, y que por obvias razones, hacen todavía más difícil el funcionamiento de nuestro organismo.
Como consejo, busca productos que no tengan muchos ingredientes (más de 5 son muchos), que sean comprensibles, fáciles de leer. Revisa que no sean altos en azúcar, grasas trans y sodio y que sus ingredientes principales sean naturales y no conservantes o endulzantes artificiales, por ejemplo.
Es fácil distinguir entre los alimentos naturales y los industrializados o altamente procesados. Lo natural viene de la tierra y de algunos animales, es decir son aquellos alimentos a los cuáles no se les han agregado componentes adicionales de forma industrial -como sal, azúcar, grasas u otros elementos- y que tampoco han pasado por procesos complejos que cambien su naturaleza.
Otra de sus características es que son perecederos a corto plazo, lo que significa que su vida útil es de pocos días y muchos deben ser cocinados en nuestras casas para que sean seguros al consumirlos.
También podemos encontrar los alimentos que han sido mínimamente procesados, lo que significa que no se les han agregado ingredientes adicionales, pero sí han recibido un mínimo procesamiento que no afecta su naturaleza. Algunos de estos procesos pueden ser: lavado, pasteurización, congelación, esterilización, fermentación y empaque, entre otros. Estos alimentos se conservan por más tiempo y son más fáciles de almacenar.
Ahora que entiendes el origen de los alimentos que debes consumir, intenta siempre incluir en todas tus comidas los diferentes grupos existentes. Están los macro (carbohidratos, grasas y proteínas) y los micro nutrientes (frutas y verduras), todos indispensables para el buen funcionamiento de nuestra salud. Procura siempre incluir verduras en cada comida del día, intentando que sean el 50% de la composición de tu plato.
Que nunca te falten las proteínas, calcula cuantas necesitas según tu peso ideal e intenta que sean de origen vegetal (50%) y animal (50%). No dejes de incluir las grasas, pero asegúrate que sean buenas, en su mayoría de origen vegetal, como aguacate, aceite de oliva, nueces y semillas. Por último, no dejes de lado las frutas, pero no excedas su consumo y siempre intenta comerlas completas, no en forma de jugo.
Nuestro cuerpo está compuesto alrededor de un 80% de agua, así que hidratarnos bien durante el día es indispensable para conservar nuestra salud. Según esto, podríamos decir que el agua es vida y que tomar agua “no es opcional”. Pero el agua no solo nos hidrata, sino que también ayuda a nuestros órganos a cumplir sus funciones, a mejorar la oxigenación, a la eliminación de toxinas, a mantener el buen funcionamiento de la digestión, entre muchísimas otras. Aunque depende de muchos factores como la edad, el peso, la actividad y donde se viva, una persona promedio debería beber alrededor de 2 litros de agua al día. Intenta tomarla durante todo el día y que sea filtrada.
Si te das cuenta, empezar una alimentación saludable no es tan complicado, simplemente debes tener consciencia de las cosas que te llevas a la boca y comprometerte con tu bienestar y salud. Comienza con un paso a la vez, verás que después de un tiempo te volverás un experto y sobre todo te sentirás de maravilla.
Somos Claudia y Camila Torres y somos coaches en cambio de hábitos. Nuestra misión es que las personas logren un bienestar integral. Enseñamos a las personas en espacios como redes sociales, talleres, conferencias, charlas e infoproductos digitales a implementar hábitos de alimentación saludable de una manera efectiva y que perdure para toda la vida.