Dormir 20 o 40 minutos puede ayudar a recuperar la falta de sueño y mejorar la productividad. Hoy en día es la definición de un descanso en la tarde, que en diferentes culturas es aceptado o despreciado por igual. Para algunos es fundamental, para otros es sinónimo de vagancia o pereza.
La palabra "siesta" se origina del latín "hora sexta" para marcar unas seis horas desde la salida del sol, es decir, el momento que se sitúa poco después del mediodía para los antiguos romanos. Hoy en día es la definición de un descanso en la tarde, que en diferentes culturas es aceptado o despreciado por igual. Para algunos es fundamental, para otros es sinónimo de vagancia o pereza.
Pero un grupo de científicos y médicos en Argentina, pertenecientes a la Sociedad Latinoamericana del Sueño (SLS), inició esta semana una campaña por el rescate del valor de la siesta. La jornada de concientización -que se marca este sábado con el "Día Nacional de la Siesta"-, busca alertar sobre el valor de la práctica en términos fisiológicos y psicológicos para el ser humano.
Según le explicó a BBC Mundo Daniel Vigo, especialista en psicofisiología e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), el problema es que básicamente la sociedad moderna duerme menos.
"En un estudio que hicimos recientemente en las principales ciudades de América Latina -Ciudad de México, Sao Paulo y Buenos Aires- encontramos que la gente está durmiendo entre una hora y una hora y media menos que hace 50 años", señaló Vigo. "Además, un 50% de los entrevistados, aproximadamente, mostró problemas de salud por la falta de sueño", agregó. El estudio encontró que dos tercios de los encuestados en las tres ciudades manifestó problemas para dormir.
Los analistas contrastaron este hallazgo con datos recogidos en otros países: estudios hechos en una ciudad de Estados Unidos, otra de Italia y una región de Alemania mostraron que el porcentaje de personas con trastornos de sueño son menores, con 33%, 13% y 29% respectivamente. "La incidencia de dificultades de sueño en una población urbana de América Latina fue significativamente elevada", dice el estudio.
Tiempos de descanso
De acuerdo a los especialistas, una siesta corta, entre 20 y 40 minutos, es suficiente para inyectar de energía nuevamente a una persona que no logra un tiempo adecuado de descanso nocturno. "Claro que el período de recuperación depende de la necesidad de descanso de cada persona. Algunos necesitan más de 20 minutos otros con 25 minutos están bien y hay quienes precisan de los 40", dice Vigo. "Esto ayuda a mejorar el estado de ánimo, la alerta y la productividad de la persona", agrega.
La psicóloga Viviana Vega, quien fundó el primer "Siestario" de Argentina, relaciona la falta de sueño con los diagnósticos de personas con problemas emocionales. "Cuando uno está acelerado, irritable o con altos niveles de estrés, entre los signos cognitivos de la irritabilidad, depresión, ansiedad aparece el trastorno de sueño", le dice a BBC Mundo. "Además, está demostrado científicamente que a largo plazo, pausas de 20 minutos, dos o tres veces a la semana, pueden favorecer el sistema coronario", apunta.
Las razones más comunes recogidas por los científicos sobre la falta de sueño son problemas personales, estrés laboral o sobreexcitación sobre eventos futuros. "Por eso la idea es recuperar espacios o pauses productivas de descanso, cortitos, para revertir estos síntomas", explica Vega.
Estigma
Imagina la cara de tu jefe si le pides media hora para tomar una siesta en tu horario laboral.
En América Latina, como probablemente en el norte del continente y Europa, semejante práctica está poco aceptada, por decir lo menos. Revertir esta concepción negativa de la siesta es también un objetivo de la jornada semanal organizada por los especialistas.
Uno de sus organizadores, Daniel Leynaud, quien es especialista en negocios e innovación corporativa, le dijo a BBC Mundo que la finalidad es también crear una cultura de aceptación empresarial. "La idea es que se den cuenta que la siesta puede mejorar la productividad del empleado", aseveró. En varios lugares de Asia, como China y Japón, ya existe una cultura incorporada de la siesta en ciertas áreas de trabajo.
"El problema es que no sólo hay un desprecio contra la siesta si no con el sueño en general. Está mal visto en muchas partes dormir las horas que uno tiene que dormir. Eso, pese a que dormir es tan importante como comer", dice Vigo. "Lo que queremos es que se vuelva a tener en cuenta que la siesta es saludable y natural. No decimos que se pare de trabajar si no que se invierta el tiempo en algo saludable para después rendir mucho mejor", señaló Vega.