Creó una de las cadenas de gimnasio más importantes del país. Hoy es ejemplo de inspiración para mujeres que quieren llevar las riendas de su vida.
Gigliola Aycardi tenía en su vida opciones “limitadas”. Triunfar o triunfar. En sus hombros estaba el peso de sacar adelante a su familia luego de que se le ocurriera una idea de negocio que no fue recibida, en su momento, por varios bancos. Ella tocó puertas, pero le dijeron que debía consolidarse un poco más.
Sin embargo esos “no” que fue recibiendo con el paso del tiempo los convirtió en peldaños importantes. Lo que empezó como una idea de negocios de dos estudiantes universitarios, se transformó con el paso del tiempo en una de las empresas más sólidas del país. Además, resolvía una importante necesidad, ejercitar el cuerpo.
Hay un viejo y conocido refrán que dice: “mente sana en cuerpo sano”. Gigliola considera que a través del ejercicio se puede cambiar el mundo, esto teniendo en cuenta que la mayoría de personas que practican actividad física llevan estilo de vida saludable.
Para ella la perfección también es relativa y considera que en muchos casos es “enemiga de lo bueno”. “Yo soy una mujer super práctica. Para mí lo perfecto es enemigo de lo bueno y creo que a través de la educación se puede cambiar el mundo y a través del ejercicio podemos cambiar la sociedad y su futuro”.
Uno de los postulados de esta empresaria es que “el ejercicio te da disciplina, te da salud física y mental (...) El ejercicio genera endorfinas y serotonina que son las hormonas de la felicidad”, reconoce.
Reconoce que hay mucho por trabajar en esta industria. “Es dominada por los hombres” y esto es evidente a la hora de visitar uno de los centros de acondicionamiento físico de Bodytech. Explica que, por ejemplo, que por los mismos estigmas sociales son más los hombres que estudian Educación Física y Cultura Física, que las mujeres. “Tenemos el reto de que más mujeres se inclinen por estas carreras profesionales”, asegura. Y esto es algo que no sucede solo con estas carreras. Pasa mucho con las ingenierías también.
Otro de los puntos que toca es el del empoderamiento y es que este es un tabú que ha vivido la sociedad desde hace varios años. “La gente piensa que las personas que van al gimnasio deben tener cuerpo de modelo. El 90 % de los afiliados son personas con cuerpos normales y no con esos cuerpos que tildan de fantásticos. Tenemos que romper ese mito que los que somos usuarios del fitness somos personas normales que queremos ser más saludables y un cuerpo con el que se sientan felices”.
Para ella, el tema de las medidas y las tallas es secundario. “Lo importante es que te sientas feliz con tu cuerpo (...) Todo depende de lo que tú quieras y cómo quieras amar a tu cuerpo”.
Ha adquirido todos estos conocimientos a lo largo de los años. Sabe que todavía falta mucho por hacer, pero reconoce en Bodytech, ese emprendimiento que comenzó de la mano de un amigo, un ejemplo a seguir sobre perseverancia. No se rinde ante nada, es una mujer mentalmente fuerte.