El empresario murió a los 56 años.
El 5 de octubre de 2011 falleció Steve Jobs a causa de un cáncer de páncreas. La salud del cofundador de Apple se fue deteriorando día tras día. De hecho, su estado físico lucía cada vez más vulnerable.
El empresario anunció en 2004 que se había sometido a una cirugía para remover un tumor cancerígeno que tenía en su páncreas. Este tipo de cáncer es uno de los más mortales; no obstante, él padecía uno que no era tan letal. En su biografía uno de los médicos que lo trataba dijo que “pertenecía al 5 por ciento de los cánceres de páncreas que pueden ser curados”.
Sin embargo, Jobs, debido a sus convicciones e ideales, se negó a hacerse una cirugía, y decidió seguir una dieta vegetariana y siguió tratamientos de medicina alternativa. Los especialistas afirman que de haberse sometido a esta cirugía, era altamente probable que el cofundador de Apple hubiera sobrevivido sin efectos secundarios.
Según Walter Isaacson, escritor autorizado por el revolucionario tecnológico para hacer su biografía, dijo que no se había sometido a la cirugía porque “no quería que su cuerpo fuera abierto. No quería ser violado de esa forma”.
Por otra parte, Jobs era muy reservado con su vida privada, por lo que poco o nada se sabía sobre su estado de salud. Lo cierto es que el empresario empezó a lucir cada vez más delgado y demacrado.
La prensa internacional especulaba mucho sobre la salud del cofundador de Apple. Pero él y los portavoces de la compañía negaban lo que decían. Asimismo, en algunas conferencias el magnate de los negocios en el sector informático bromeaba sobre su estado.
Pero con el paso del tiempo era imposible ocultar que no estaba totalmente saludable. En enero de 2009 el empresario anunció que se ausentaría de su cargo de Director Ejecutivo por 6 meses, por razones médicas, pues su estado de salud era más complejo de lo que creía.
A finales de junio del mismo año regresó a Apple, trabajando desde su casa. No obstante, en enero de 2011, volvió a ausentarse de su cargo por las mismas razones. Luego, en agosto renunció a su cargo, pues no podía cumplir con los deberes como Director Ejecutivo. Por lo que asumió como Presidente del Consejo de Administración.
Dos meses después falleció Jobs en su casa de California, a causa de un paro cardiorespiratorio, producto de las metástasis del cáncer de páncreas que padecía.