Amar y ser amado puede convertirse en todo un desafío en la sociedad en que vivimos.
“Es triste que por el hecho de ser mujer trans no tengas el derecho de ser amada o amar”. Una frase que resume una cruda realidad que existe en nuestra sociedad. Esta última se convierte en la responsable de que muchas y muchos no puedan llegar a esa anhelada libertad de ser quienes realmente son bajo las máscaras que lucen frente al mundo.
Pese a que la vida ha cambiado y cada vez se escucha más la voz de quienes han tenido que callar durante tanto tiempo, aún falta camino por recorrer. Nadie tiene esto más claro que los que lo han vivido en carne propia, esas personas a quienes el rechazo las ha acompañado en el camino.
La hermosa actriz Isabella Santiago es una de esas mujeres que ha luchado por ser quien quiere ser. En el ámbito profesional, se ha abierto paso en el mundo del modelaje y la televisión. Su esfuerzo la ha llevado a ser protagonista y a ganarse poco a poco un lugar en la industria.
Sin embargo, en lo personal, la pelea es diferente y ha estado en cada paso de su existencia. La vida la ha puesto a dudar de sí misma en más de una ocasión. Pero, al tiempo, la convirtió en la persona que es hoy en día y la prepara para ser quien quiere ser en el futuro.
Una simple pregunta fue la que abrió la compleja puerta al corazón de Isabella Santiago. Fucsia habló con la mujer que resalta cada mínimo aspecto de la feminidad con todo su esplendor.
“Para mí el amor es todo. Es algo valioso y creo que muchas veces no lo valoramos. Nos enfrascamos en amar a una sola persona o cosa y creer que es amor”.
En uno o varios momentos de la vida, este sentimiento se nos ha cruzado en el camino de una forma romántica, y es allí donde conocemos qué es amar y ser amado. Pero inevitablemente nos arriesgamos a experimentar que significa un corazón roto.
Entre las diversas maneras que existen para amar y ser amado, el amor por una pareja vuelca la vida de cualquiera. Isabella ha experimentado este sentimiento en un aspecto que muchos no lograrían entender: el amor en la vida de una mujer trans.
Se ha enamorado dos veces: “Mi primer amor juvenil fue cuando tenía 17 años. Él tenía 35, la verdad es que era bastante mayor. Aun así, aprendí mucho de una persona adulta, me enseñó muchas cosas. No duramos mucho porque el amor se acabó y empezó mi amor propio”.
“La segunda sí definitivamente fue mi primer amor a primera vista. Fue un amor que cuando nos vimos los ojos deslumbraron, todo sucedió, la energía corría por mi cuerpo y definitivamente ha sido mi mayor amor. La relación no duró mucho porque el amor propio siempre es más importante”.
En ambas historias resalta su “amor propio”. Este es fundamental para todas y todos; sin embargo, para ella ha sido el pilar y su primera defensa ante el rechazo. Uno que la ha convertido en alguien fuerte, pero llena de corazas en cuestiones del amor.
“Descubrí que lo más importante es el amor propio. Cuando el amor empieza desde uno mismo, ahí está la clave del verdadero amor”. Este se vuelve un escudo ya que no es fácil abrirse nuevamente cuando se ha vivido un dolor tan fuerte que se vuelve una constante.
“En mi caso como mujer trans, el hecho de enamorarse a veces puede ser un poco complicado, porque la sociedad siempre nos limita”. La también reina de belleza ha vivido en primera fila lo que significa ser rechazada por aquellos que no aceptan su verdad.
“Una cosa es que te rechacen en la calle, una persona que no te conoce, pero cuando alguien sentimentalmente no te acepta es muy duro porque tú no lo entiendes”. Muchas veces se preguntó: “¿Será que la del problema soy yo?, ¿será que la que no merece ser amada soy yo?”.
“En el amor yo he sufrido muchos rechazos. Vivir en una sociedad con tanta discriminación para nosotras, como mujeres trans, es un limitante, porque no todos los hombres están dispuestos a tener una relación con nosotras, a tomarnos de la mano y mostrarnos ante el mundo”.
Para nadie es un secreto que aún existe la discriminación hacia las personas que piensan o son diferentes a lo que se ha establecido como “normal” o “natural”. Una situación que, ella afirma, está basada en creencias, tabúes, prejuicios o pensamientos establecidos.
“Es algo a lo que la mayoría de nosotras estamos acostumbradas, y es triste porque más allá del género somos seres humanos y merecemos amar y ser amados también. Entonces no es fácil para ninguna chica trans tener que aceptarlo”.
Tanto de un lado como del otro, el rechazo es la gran estrella. ”Ellos se empiezan a sentir mal, piensan que ya son homosexuales, que la sociedad los va a señalar y los va a rechazar por enamorarse de una chica trans, y empiezan a sentir un montón de cosas que los alejan”.
“He conocido a muchos chicos cuya primera impresión es “ay, qué mujer tan guapa, qué linda, quiero que seas la mamá de mis hijos”, y yo así como “¿será que no se ha dado cuenta de que soy chica trans?””.
Es en estos momentos es cuando la artista empieza a pensar que, al decirle a esa persona que es una mujer trans, lo más seguro es que la vayan a discriminar.
Sin embargo, Isabella está convencida de que el mundo sociedad puede estar cambiando y que en algún momento de nuestra historia, las personas van a dejar juzgar por lo que ven, y van a vivir y dejar vivir por lo que sientan.
En un mundo como en el que vivimos, este tipo de situaciones la han hecho conocer el dolor del desamor, pero también la han empoderado para curar su corazón roto.
“Yo creo en el amor a primera vista, creo en el amor para toda la vida, en la media naranja, y sueño algún día casarme y tener hijos porque lo merezco”.
A Isabella la vida le ha dado duros golpes en los que sus sentimientos son las víctimas principales; no obstante, el amor que siente por ella misma, y su fiel creencia en que merece su propia historia de amor con un final feliz, no le permiten dejar de soñar.
" Yo siento que me voy a poder liberar de todas estas limitaciones y esta coraza el día que conozca a mi verdadero amor. Cuando lo vea los ojos y diga “él es la persona con la que yo quiero estar”, ahí es donde yo voy a poder abrir mi corazón”.
Mientras tanto, está dedicada a ella. Tiene tanto amor propio que no está buscando nada más en otro lado. Es aquí donde puede utilizarse la famosa frase: las cosas pasarán cuando tengan que pasar.
La meta es clara, y está segura de que el hombre de sus sueños está en alguna parte. Por el momento, se mantiene completamente firme en creer que cuando sea oportuno esto se hará realidad.