Personajes
Nati Ortiz: nació para ser violinista a pesar de las adversidades
Fucsia habló con la joven artista acerca de sus difíciles comienzos, pero también, de su resiliencia, su pasión y deseos de convertirse en una de las mejores. En la actualidad, miles la siguen y aman su música única y moderna
Nati Ortiz es todo un ejemplo a seguir. Desde muy pequeña tuvo claro que quería ser violinista y aunque recibió varias negativas a una corta edad, decidió seguir a su corazón y convertirse en toda una profesional. Ahora tiene miles de fanáticos, quienes reconocen su capacidad de crear con su violín música original y versiones únicas de éxitos del reguetón, el rock, el pop y más.
“A los ocho años empecé a estudiar música. Mis comienzos fueron en el conservatorio de Cali, pero no pude seguir con mi formación porque no se me brindó la oportunidad por parte de algunos profesores que me cerraron las puertas y que no permitieron seguir con ese proceso”, contó la artista a Fucsia.
Lamentablemente, esta no fue su única mala experiencia intentando convertirse en violinista. “Logré ingresar a la Orquesta Filarmónica Infantil, pero todo terminó mal. Hubo un día que tuve que salirme solo un momento del ensayo y el director me sacó de la orquesta. Yo no entendía por qué la actitud y por qué tan radical con esa decisión, y no seguí con el violín”.
Nati amaba el violín, pero no se sentía lo suficientemente buena para tocarlo. Decidió continuar sus estudios con otro instrumento, pero no era lo que quería, así que volvió a intentarlo una vez más.
“Escogí otro instrumento y continué los estudios, pero no era lo que yo quería. Así que empecé a estudiar sola el violín, con clases particulares y con ayuda de mi papá. Luego, como a los 15 años, volví a presentar un examen de admisión para estudiar violín de manera profesional. Ya estaba grande para hacerlo, pero tomé la decisión. En el examen un maestro me dijo que me iba a dar la oportunidad. Pasaron dos meses y fueron los dos peores meses de mi vida porque me sentía muy frustrada. Estudiaba día y noche, nueve horas diarias, y no lograba llenar las expectativas del maestro. Las clases se convirtieron en una pesadilla. De hecho, hubo un punto en el que me dijo: ‘No te deberías dedicar a esto’. Fue un golpe durísimo y me retiré. El último año del conservatorio no lo quise terminar”.
El sol vuelve a salir...
Con una nueva frustración en su vida, Nati decidió dejar atrás la música y estudiar una carrera completamente diferente: administración de empresas. No obstante, su papá y su amor propio se convirtieron en un aliciente para intentarlo una vez más, para correr detrás de sus sueños.
“En ese tiempo, mi papá me pidió que no desistiera, que me dedicara a la música, pero que tocara lo que me gustaba y no lo que me imponían los demás. Precisamente, por esa época me llamaron de una orquesta de salsa y eso significó un gran reto para mí porque era unir el violín con un género musical muy diferente al clásico. Eso, sin duda, me marcó y empecé a ver la vida de otra manera. En ese instante sentí que mi camino no era la música clásica, sino otra clase sonidos”.
Fue entonces cuando Nati comenzó a experimentar con diferentes géneros, principalmente el urbano. “Empecé a dar esos pasitos de sacar una canción de reguetón a ver qué tal. Hice canciones de Nicky Jam, también “Gasolina”, “Despacito”. Un día decidí subir un video a las redes sociales y me di cuenta de que a la gente le gustaba. Por ejemplo, recuerdo que en una ocasión el celular casi se me revienta de mensajes porque Daddy Yankee había reposteado una versión en violín que yo había hecho de uno de sus lanzamientos. Esa fue una señal de que debería seguirlo haciendo porque a la gente le estaba gustando y yo lo estaba disfrutando.
Dulce Navidad, un regalo para sus fanáticos
Se acaba el año y Nati no podría estar más agradecida. Por eso, quiso darles un obsequio a sus fanáticos y a la gente que la quiere, lanzando Dulce Navidad, una producción que tiene todo su sello: versiones diferentes de los clásicos villancicos que suenan en esta temporada.
“Le metimos reggae, rock, un poco de urbano, y bueno, esta combinación hace que a las nuevas generaciones les interese saber de esta música y seguir con la tradición de los villancicos. Yo siento que esta es una producción que puede acompañar a las personas en todo momento durante esta época: mientras decoran su casa o están en el carro haciendo compras navideñas. Los chiquitos también la pueden disfrutar y conectarse con cada uno de los temas”.
Nati supo demostrarles a todas las personas que no confiaron en su talento, que la perseverancia, la pasión y la constancia son esenciales para alcanzar objetivos y cumplir sueños. Nati no regresaría en el tiempo, ni cambiaría nada de su pasado, porque es la persona que es gracias a las lágrimas de decepción y felicidad. “Me siento muy orgullosa de todas las decisiones que tomó la Nati de esos años y con seguridad podría decirle que todo lo que hizo estuvo bien. Le diría que siguiera trabajando así, fuerte, duro, con convicción de sus sueños, porque se van a cumplir”.