Los despechos e infidelidades más famosos de la historia
Tranquilas, no somos las únicas que hemos estado involucradas en triángulos amorosos y despechos mortales. Afortunadamente los nuestros no fueron bajo las cámaras como éstos.
Hillary Clinton, Bill Clinton y Monica Lewinsky
El escándalo por excelencia de finales del siglo XX tuvo como protagonista al expresidente de Estados Unidos Bill Clinton y Monica Lewinsky, becaria no remunerada de la Casa Blanca con quien el mandatario reconoció haber mantenido relaciones sexuales entre 1995 y 1996, mientras esta desarrollaba su pasantía.
Si bien en un primer momento se negó con rotundidad la veracidad de las informaciones, Bill Clinton tuvo que admitir que dicha relación sí había existido cuando salieron a la luz unas conversaciones telefónicas entre la secretaria y trabajadora de la Casa Blanca, Linda Tripp, y Lewinsky, en las que esta última reconocía que le había practicado sexo oral al entonces presidente norteamericano en el Despacho Oval.
Diana de Gales, Carlos de Inglaterra y Camila de Cornualles
Se conocieron en 1970 en un partido de polo, y pronto comenzaron una relación amorosa que terminaría tres años más tarde, cuando Camila decidió casarse con Andrew Parker Bowles. Se sostiene que esta decisión responde a la resistencia del príncipe de Gales a convertirla en su esposa por sus creencias religiosas (ella era católica romana y la casa real profesa la fe anglicana).
En 1981 el heredero se casó con Diana Spencer, un nuevo contexto que no impidió a la pareja seguir manteniendo su estrecha relación.
Lady Di confirmó en una entrevista concedida años más tarde, que la razón por la que puso punto y final a su matrimonia en 1996 fueron las constantes infidelidades de su entonces marido con Camila.
Años después de la trágica muerte de la princesa, ya en 2005, Carlos y Camila contrajeron finalmente matrimonio.
Mia Farrow, Woodi Allen y Soon-Yi
Tras dos fracasos matrimoniales (el primero con Frank Sinatra), Mia Farrow se convirtió en pareja y musa durante años del ecléctico director norteamericano Woody Allen, a quien conoció en 1979. A su nueva relación amorosa, la actriz aportó tres hijos biológicos y otros tantos adoptados, entre los que se encontraba la surcoreana Soon-Yi (menor de edad en aquel momento).
A partir de aquí, la vida de la pareja bien podría haber pasado como una historia propia de cualquier guión cinematográfico: Farrow descubrió unas fotografías de Soon-Yi desnuda en el cajón de Woody Allen. Ante la evidencia, este le reconoció que mantenía una relación con su hija adoptiva, 35 años menor que él, y con quien, por otro lado, el propio Allen había convivido en el hogar familiar que Farrow y él habían construido juntos como pareja.
Soon-Yi y el director se casaron en diciembre de 1997 y, actualmente, son una de las parejas más sólidas de Hollywood. Tienen dos hijos adoptivos en común.
Marilyn Monroe, Jackie Kennedy Onassis y John F. Kennedy
El 5 de agosto de 1962 se encontraba el cuerpo sin vida del mito sexual. Tenía 36 años de edad. Aunque la versión oficial registró la causa de la muerte como de “posible suicidio”, diversas versiones sostienen que su fallecimiento fue producto de una conspiración de la Casa Blanca y los servicios especiales para quitar de en medio a la tentación rubia.
El motivo respondía al miedo que suscitaba al gobierno que Monroe hiciese público secretos de Estado a los que había tenido acceso debido a la relación extramatrimonial que mantuvo con el, en ese momento, presidente John F. Kennedy, cuando este todavía era candidato y esposo de Jackie Kennedy Onassis, y, su posterior unión amorosa con el hermano de este, Robert.
Louise Treadwell, Katherine Hepburn y Spencer Tracy
Él estaba casado con Louise Treadwell desde 1923, cuando conoció a Hepburn en 1942. Fue durante el rodaje de la comedia La Mujer del año que ambos protagonizaron. La pareja rodó nueve películas junta desde entonces, dejando tras de sí uno de los legados cinematográficos más valiosos y notables de la historia de Hollywood.
Spencer prefirió la infidelidad al divorcio, impulsado por su fuerte educación en el catolicismo. Así, mantuvo su relación extramatrimonial con la actriz durante 25 años, desde que se conocieron, hasta el fallecimiento de este, en 1967, por un ataque al corazón (el actor era alcohólico, diabético y tenía un enfisema pulmunar).
Hepburn, quien prefirió no asistir al funeral de su amado por “respeto” a su esposa legal, le acompañó en sus últimos momentos y soportó los excesos de Tracy, un hombre del que se dice tenía una personalidad muy fuerte.
Por su parte, Hepburn estuvo casada, también una única vez, con Ludlow Ogden Smith, del que se divorció antes de conocer a Tracy, en la década de los 30.
Nacida en el seno de una familia de clase alta de Roma (Italia) el 28 de febrero de 1912, sentía una ferviente admiración por el dictador fascista Benito Mussolini desde pequeña. Se dice incluso, que tenía su habitación empapelada con numerosas imágenes propagandísticas del mandatario.
Se conocieron en 1933 en la ciudad italiana de Ostia, momento en el comenzaron una relación extramatrimonial de la que la segunda mujer de Mussolini, Rachele, tenía plena conciencia. Por su parte, Petacci estaba casada con un teniente de la Regia Aeronáutica italiana llamado Riccardo Federici, al que abandonaría definitivamente en 1936 impulsada por el amor que le profesaba al dictador.
Los amantes fueron acribillados juntos por miembros de la resistencia italiana en 1945, momento en el que los aliados ganaban la batalla a la barbarie nazi y ponían fin a la Segunda guerra Mundial.
Los cuerpos sin vida de Clara Petacci y Benito Mussolini fueron trasladados a la plaza de Loreto de Milán, donde fueron sometidos a todo tipo de agravios.
Catalina de Aragón, Enrique VIII de Inglaterra y Ana Bolena
En 1507 nacería la mujer que, años más tarde, acabaría con una de las uniones más longevas y tradicionales de la historia: la consolidada entre la Iglesia Católica y Apostólica e Inglaterra.
Cuando Ana Bolena llegó a la corte inglesa en 1525, el rey Enrique VIII estaba casado con Catalina de Aragón, con quien no había tenido ningún descendiente varón. Se dice que el monarca quedó prendado de la joven Bolena y comenzó a cortejarla sin descanso, a pesar de que, con anterioridad, la hermana de esta, María, ya había sido su amante por un tiempo.
Ana rechazó todo intento del rey por seducirla y solo aceptó mantener relaciones sexuales con él en el momento en el que formalizaran su unión a través del matrimonio. Para ello, Enrique pidió al papa Clemente VII la concesión de la nulidad de su unión con Catalina de Aragón, la cual le fue rechazada.
La negativa supuso que el monarca se alejara del papado y adoptara el protestantismo como nuevo ideario religioso. De este modo, podía volver a casarse con Ana a pesar de no contar con la aceptación de Roma.
Finalmente, Enrique y Ana se casaron en 1533. Fruto de ese matrimonio nació Isabel I, quien sería una de las reinas más relevantes de la historia británica y europea.
Bolena fue decapitada años más tarde bajo las órdenes del que todavía era su esposo, acusada de adulterio, incesto y traición.