Editorial
Arzobispo Argentino afirma que el feminicidio se da por la desaparición del matrimonio
Lo que faltaba, ahora la violencia contra la mujer tiene una causa y una justificación.
El año empieza de forma desafortunada para la Iglesia argentina por cuenta de las declaraciones del Arzobispo de la Ciudad de la Plata, Hector Aguer.
Según el diario argentino El País, Aguer declaró lamentar que “‘el matrimonio no dura, una situación que ha generado una violencia [contra las mujeres] que antes no había”.
Sus comentarios no se detienen ahí. En una entrevista con la cadena radial bonaerense Radio Ciudad, afirmó que “el matrimonio dignificaba a la mujer, la ponía en un lugar de igualdad con el hombre. Hoy día las leyes, el matrimonio ha sido convertido en un rejunte provisorio y el matrimonio le daba una estabilidad a la familia y a la mujer un respaldo. Antes no había violencia en el grado en que la vemos hoy, yo eso no lo recuerdo"
¿De verdad?
Afortunadamente no hay mujer casada que sufra de violencia por parte de su marido.
Menos mal que los casos de violencia sexual contra menores nunca ocurren dentro de los núcleos familiares legitimados ya sea por la iglesia o por la ley.
Que afortunado todo el género femenino del pasado, pues nunca vio eventos como la quema sistemática de mujeres durante la inquisición, ni las violaciones indiscriminadas en épocas en que el matrimonio era la más sólida alianza social.
Por encima de cualquier creencia o adherencia religiosa del caso, lo que hay detrás de estas declaraciones es una justificación o al menos una causa posible, entendible de la violencia de género y esto resulta inaceptable.
Resulta igualmente peligroso que una persona con autoridad dentro de una institución tan poderosa como la Iglesia desconozca que se trata de una realidad compleja y alarmante para la sociedad y se atreva a darle un valor moral que enjuicie las decisiones de la mujer con respecto a su vida conyugal.
Además, hacer ver el feminicidio como una “reciente ola de violencia” es negar que llevamos una historia, un peso y una lucha que hoy hacen que hoy busquemos denunciar sin miedo, que le queramos poner una cara y un final a un lugar oscuro que la sociedad nos tenía reservado en gran medida por miedo a lo que representamos las mujeres libres.
Así que ya saben, todas derechito para el altar pues es allí donde estaremos siempre sanas y salvas.
Para más brillantes declariaciones del señor Aguer, sigan este enlace