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Colombia, líder vergonzoso en ataques con ácido
Fucsia.co, 31/3/2014
Las cifras hablan por sí solas. El país se debate los primeros lugares en el mundo en el que las mujeres son atacadas con ácido por su género. ¿Cómo puede nuestra sociedad acabar con el flagelo?
De acuerdo con un análisis hecho por Feminicidio.net, una web de origen español que visibiliza temas con perspectiva de género, en el 2011 Colombia se situó en el primer lugar de países en el mundo que sufren ataques con ácido a mujeres. La proporción es mayor si se tiene en cuenta que Colombia tiene 46 millones de habitantes y 42 casos registrados ese año; mientras tanto en Bangladesh, para la misma fecha, fueron reportados 84 casos con 167 millones de habitantes y en Pakistán, con una población de 200 millones, se registraron 150 mujeres atacadas.
Y aunque para 2013 las cifras bajaron, pues se registraron 35 casos, la realidad es que Colombia se sitúa dentro de los países que más enfrenta esta situación de barbarie, en la que son atacados tanto hombres como mujeres, pero los casos contra ellas reflejan un agresión contra su condición de mujer, debido a que buscan como consecuencia principal evitar que vuelvan a tener una relación sentimental, debido a una pareja celosa o, incluso, a una mujer que envidia la belleza de la víctima. Así lo han reportado algunas de las mujeres atacadas.
Pero, además de verse marcadas y desfiguradas de por vida, las víctimas se deben someter a otra tortura: sus atacantes casi nunca son hallados y judicializados. Feminicidio.net registró que para el 2011 solo dos hombres fueron condenados por atacar con ácidos a dos mujeres.
Lee también: 'No más ataques con ácido en contra de las mujeres'
En países musulmanes, en los que las mujeres no tienen las mismas libertades que los hombres y la mayoría de las veces son obligadas a casarse por matrimonios acordados y no por voluntad de elegir una pareja, han sido frecuentes los casos en los que ellas son desfiguradas al rechazar a los hombres que les propusieron matrimonio.
Es el caso de Ameneh Bahrami, una ingeniera iraní que fue atacada en el 2004, después de negarse a mantener una relación con un hombre, registrado por BBC Mundo. Su cara está completamente deforme y perdió la visión. Ella, apelando a la sharia, la ley musulmana, pidió que su atacante fuera cegado de la misma manera como lo hizo con ella. Y aunque la ley le dio la razón, la sentencia siempre fue aplazada por la negativa de un médico a realizar el procedimiento, hasta que el castigo fue echado abajo por ser considerado inhumano y cruel.
Lee también: 'El rostro desfigurado de la barbarie'
Aunque en Colombia se estipulan penas que pueden llegar a los 14 años, la Ley que así lo determina no ha sido ratificada. Y, en la mayoría de los casos, los atacantes no son identificados o las investigaciones lentas no llevan a ningún resultado.
Y tú, ¿cómo piensas que se puede acabar con este problema en nuestro país? Opina en nuestras redes sociales con el hashtag #Fucsialevantalavoz
Y aunque para 2013 las cifras bajaron, pues se registraron 35 casos, la realidad es que Colombia se sitúa dentro de los países que más enfrenta esta situación de barbarie, en la que son atacados tanto hombres como mujeres, pero los casos contra ellas reflejan un agresión contra su condición de mujer, debido a que buscan como consecuencia principal evitar que vuelvan a tener una relación sentimental, debido a una pareja celosa o, incluso, a una mujer que envidia la belleza de la víctima. Así lo han reportado algunas de las mujeres atacadas.
Pero, además de verse marcadas y desfiguradas de por vida, las víctimas se deben someter a otra tortura: sus atacantes casi nunca son hallados y judicializados. Feminicidio.net registró que para el 2011 solo dos hombres fueron condenados por atacar con ácidos a dos mujeres.
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En países musulmanes, en los que las mujeres no tienen las mismas libertades que los hombres y la mayoría de las veces son obligadas a casarse por matrimonios acordados y no por voluntad de elegir una pareja, han sido frecuentes los casos en los que ellas son desfiguradas al rechazar a los hombres que les propusieron matrimonio.
Es el caso de Ameneh Bahrami, una ingeniera iraní que fue atacada en el 2004, después de negarse a mantener una relación con un hombre, registrado por BBC Mundo. Su cara está completamente deforme y perdió la visión. Ella, apelando a la sharia, la ley musulmana, pidió que su atacante fuera cegado de la misma manera como lo hizo con ella. Y aunque la ley le dio la razón, la sentencia siempre fue aplazada por la negativa de un médico a realizar el procedimiento, hasta que el castigo fue echado abajo por ser considerado inhumano y cruel.
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Aunque en Colombia se estipulan penas que pueden llegar a los 14 años, la Ley que así lo determina no ha sido ratificada. Y, en la mayoría de los casos, los atacantes no son identificados o las investigaciones lentas no llevan a ningún resultado.
Y tú, ¿cómo piensas que se puede acabar con este problema en nuestro país? Opina en nuestras redes sociales con el hashtag #Fucsialevantalavoz