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El declive del Fast Fashion
El gigante de la moda casual, y pionero del denominado fast fashion, Forever 21, se declaró en bancarrota y anunció el cierre de 178 tiendas en Estados Unidos. Por el momento continuarán operando con normalidad en Colombia.
La rápida expansión y auge del fast fashion parece estar llegando a su fin, luego de que la minorista Forever 21 se sumara a la lista de compañías de la moda que se acogen a las modalidades de la Ley de Quiebras norteamericana. Lo anterior trajo consigo el cierre inmediato de 178 tiendas estadounidenses y cientos de interrogantes para los expertos en retail.
A la fecha, la empresa que opera también en Europa y Asia, no ha anunciado cambios en sus operaciones para las tiendas de América Latina. Sin embargo, los análisis no se hacen esperar ante una noticia que toma por sorpresa a algunos, y a otros no tanto.
Se habla de una posible crisis que agobia al comercio minoritario; entre las compañías que se han visto afectadas encontramos a Beauty Brands, Diesel y Barneys New York. Pero, ¿por qué una marca que tiene más de 700 tiendas, con presencia en tres continentes, se declara en bancarrota?
Estos son los argumentos más comunes mencionados por algunos expertos de la industria de la moda:
1. Compradores más conscientes: existe un creciente rechazo por parte del consumidor hacia la “moda desechable”, dado que representa un impacto negativo sobre el medio ambiente al generar mayor cantidad de desechos, contribuye a los gases de efecto invernadero y a la contaminación del agua. Además, cada vez son mayores las denuncias de sobre explotación hacia los trabajadores de la industria, quienes no tienen las garantías necesarias para llevar a cabo sus labores.
2. El popular e-commerce: los cambios en las tendencias de compra han tomado por sorpresa a muchas empresas, las cuales han logrado adaptarse ante las nuevas preferencias del mercado como lo son las compras online. ¿Para qué tomarnos el tiempo de ir a la tienda, si podemos ver y adquirir los productos desde casa?
3. Calidad sobre cantidad: el propósito principal del fast fashion es hacer asequible, a todo público, las tendencias de las pasarelas de moda más importantes del mundo, manufacturándolas de manera rápida y a costos muy bajos, con recursos de baja calidad; lo que hace que los consumidores solo puedan usar estas prendas entre cinco y siete veces antes de desecharlas. Hoy en día los compradores prefieren invertir un poco más en un artículo antes que perder un favorito de su armario.