¿Sebastián Vega pagó 30 millones en un restaurante en Bogotá?

Sebastián Vega hizo una broma —que pareció muy real— a sus seguidores en Instagram. Ayer Valentina Ochoa, su esposa, estaba cumpliendo 34 años y para celebrarlo la invitó al restaurante El Cielo. El actor aseguró que la cuenta había salido por más de 30 millones de pesos y en sus stories se veía su cara de angustia y preocupación.

Además, Sebastián mostró la cuenta, y, en efecto, el valor de la comida sumaba un poco más de 27 millones y la propina era de 2.7 millones. Recordemos que este restaurante es uno de los más prestigiosos del país, pues su fundador Juan Manuel Barrientos ganó una estrella Michelín.

“Acá son muchos pasos, le traen a uno copas de vino, todo, pero en ningún lado dice el precio”, explicó el actor en su Instagram. Minutos más tarde dijo que la cuenta estaba impresa en papel pergamino y que “se lo metía por el culo”. Luego, procedió a comerse la factura. Su indignación parecía muy real.

Aunque en la historia en la que se comía el papel, Sebastián escribió “una buena broma”, parecía que se refería al hecho de que la factura era comestible.

El actor no volvió a publicar nada relacionado con su experiencia en el restaurante. Pero la gente en redes sociales empezaba a cuestionar cómo era posible que pudiera gastar esta cantidad de dinero en un restaurante.

Y es que a pesar de la alta reputación del restaurante El Cielo y de que sus precios no son precisamente económicos, estos no son tan descomunales como para sumar 30 millones entre dos adultos.

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Una broma de mal gusto

Hoy en horas de la mañana el actor conocido por su papel de ‘El Baby’ en A mano limpia dijo que había recibido muchos comentarios por lo que sucedió ayer. Sin embargo, explicó que el precio de la factura era una broma.

“Ni teniendo la capacidad de pagar una cuenta de 30 millones de pesos en comida, no sé si lo haría. Me parece demasiado. Se podría usar esa platica en otras cosas”, manifestó en Instagram.

Pero la broma no fue hecha por Sebastián, pues de acuerdo con lo que él explicó creyó por un momento que esa era la suma que debía pagar. Aclaró que por la emoción y la experiencia de estar en el restaurante se le olvidó cuánto podría llegar a costar todo lo que consumió y por eso creía que era real. Asimismo, dijo que era mentira que sirvieran los platos sin conocer los precios.

“La mona (como le dice a su esposa) y yo hicimos una buena actuación porque se las hicimos creer”, concluyó entre risas.

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