Personajes

El memorable discurso de Steve Jobs en Stanford

Fucsia.co, 4/5/2022

El cofundador de Apple dejó valiosas lecciones que merecen ser conocidas por todos.

Steve Jobs
El CEO de Apple, Steve Jobs, abre la conferencia Apple Worldwide Developers con su discurso de apertura el 6 de junio de 2005 en el Moscone Center en San Francisco, California. - Foto: 2005 Getty Images

Steve Jobs es, sin lugar a dudas, uno de los personajes más influyentes e importantes de la historia. No es descabellado afirmar que el mundo de la tecnología se divide en un antes y después gracias al legado del empresario estadounidense.

Jobs falleció hace más de 10 años; sin embargo, en la actualidad es un modelo de inspiración para millones de personas alrededor del mundo. Además, seguramente su historia seguirá inspirando a muchos por varios años más.

Por otra parte, el empresario veía el mundo como pocas personas lo hacían. Por lo que impresionaba a muchas personas con los discursos que daba. De hecho, el que brindó en Stanford, es recordado como el más espectacular, pues cautivó a todos los espectadores.

La teoría de los puntos de Steve Jobs

El cofundador de Apple fue invitado para dar el discurso de graduación de la Universidad de Stanford en 2005. En aquella ocasión dejó 3 aspectos claves de la vida a los estudiantes. El primero de ellos: la importancia de conectar los puntos hacia atrás, nunca hacia adelante.

Jobs fue a la universidad por primera vez cuando tenía 17; sin embargo, gran parte de los ahorros de sus padres se estaban gastando con el pago de sus estudios. Razón por la que decidió dejarlos. En un principio sintió temor, pero luego se dio cuenta de que fue una de las mejores decisiones que tomó.

El empresario siguió yendo a la universidad y tomaba algunas clases que le llamaban la atención, una de ellas fue caligrafía. La vio porque le llamaba la atención, pero no veía cómo esos conocimientos los iba a aplicar en su carrera profesional.

Tras unos años, cuando el cofundador de Apple estaba diseñando el primer Macintosh, aplicó todo lo que aprendió en la clase de caligrafía, pues fue el primer computador con tantas tipografías. Jobs aseguró que gracias a que Windows le copió todo a Apple, ahora todos los ordenadores poseen tantas tipografías.

Fue entonces cuando habló sobre la teoría de los puntos: “No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante, sólo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro. Tienes que confiar en algo: tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se conectarán luego en el camino te dará la confianza de seguir tu corazón, incluso cuando te conduce fuera del camino trillado, y eso hará toda la diferencia”.

El amor y la pérdida

“Que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado”, dijo Jobs. Aunque los primeros meses todo fue muy devastador, pues no sabía qué hacer, luego se dio cuenta de que el despido le trajo muchas cosas importantes a su vida: compró Pixar, fundó NeXT y conoció a Laurene Powell, la mujer con la que se casó y tuvo una familia.

“Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple. Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No pierdan la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tienen que encontrar qué es lo que aman. Y esto vale tanto para su trabajo como para sus amantes”, manifestó el estadounidense.

La muerte

Jobs veía la muerte como una de las mejores lecciones de la vida, pues cambió la forma de ver y entenderla. El empresario entendió que no tenía nada que perder y que debía arriesgar, asimismo, tenía que vivir su vida, sin darle importancia a la de los demás.

“Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante”, afirmó frente a los estudiantes de Stanford.